"Si tenemos falta de profesionales sanitarios,
no debería exigirse ni siquiera el castellano". Así de contundente se muestra la vicepresidenta y diputada de Vox en Baleares
Idoia Ribas, que también es portavoz del grupo parlamentario en la Comissió de Salut. Ribas valora los
temas más candentes de la actualidad sanitaria en Baleares en una entrevista con
Redacción Médica y asegura que el plus de la insularidad y el catalán son
barreras para contratar profesionales. La diputada también crítica la
gestión de las listas de espera, de las plantillas y la línea estratégica de la dirección general del Servei de Salut.
¿Qué valoración hace de los siete años de Patricia Gómez como consellera de Salut?
Mi valoración es muy mala. La Consejería de Salud ha duplicado el presupuesto respecto al que había antes de que Gómez fuera consejera. Estamos en 2.000 millones de euros y los resultados no son acordes a este esfuerzo inversor. Tenemos una lista de espera inasumible. Más de 67.000 pacientes esperan a que les atienda un especialista. Casi 24.000 pacientes llevan esperando más de dos meses para ser atendidos. A nivel quirúrgico, más de 14.000 personas esperan a ser operadas. Y, lo peor de todo, es que en septiembre había 3.145 pacientes que llevaban más de seis meses esperando a ser intervenidos quirúrgicamente.
¿A qué achaca esta situación?
Esto demuestra que no se está invirtiendo el dinero en lo importante, que es que las personas estén atendidas a tiempo. Falta mucha gestión, ya no solamente por los datos, que son malos, sino también por la misma gestión, que es incorrecta y muy deficiente. Lo dice hasta la sindicatura de cuentas y el onsejo onsultivo, que nos advierte de que hay cientos de contratos públicos por parte de la Consejería de Salud que se están adjudicando de forma ilegal.
Al frente de las instituciones hay que poner a personas que sean buenos gestores. Uno puede ser un excelente médico o enfermera, pero no por eso debe ser un buen gestor. Cada uno tendría que ser consciente de cuáles son sus limitaciones y, si alguien está dispuesto a gestionar un servicio tan grande como la sanidad pública, perfecto, pero hay que hacerlo bien por honestidad con los ciudadanos.
¿Llega tarde el anuncio de recuperar la jornada de 35 horas en sanidad?
El problema es que faltan sanitarios. Faltan médicos, faltan enfermeras y no se hace nada para solventar esta situación. Dicen, "vamos a ampliar las plantillas", pero luego no se sustituyen las vacaciones ni las ausencias. Lo de la jornada está bien, pero eso no va a solucionar el gran problema que es la saturación que sufre el Servicio de Salud en Baleares. Lo que va a solucionar el problema es contar con más personas que puedan ayudar a descongestionar los servicios públicos, los centros de salud y los hospitales.
"Al frente de las instituciones hay que poner a personas que sean buenos gestores"
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¿Cómo se podría lograr?
¿Qué hace el Gobierno balear? En vez de atraer a los profesionales, lo que hace es ponerles trabas. No tienen una retribución acorde al coste de la vida en Baleares. No tienen incentivos; tienen barreras de entrada porque si no tienes el título de catalán, a lo mejor no te contratan.
Es verdad que pueden hacer una excepción y cuando determinadas plazas son de difícil cobertura pueden exentar ese requisito de catalán para contratarles, pero luego no pueden promocionar. Es muy probable que esas personas vuelvan a sus lugares de origen donde pueden promocionar sin este tipo de trabas. También tenemos el problema de la gran rotación de personal en Baleares. Nosotros pedimos que se equipare el plus de insularidad del personal sanitario al plus de insularidad que tienen en Canarias, que es muy superior.
¿Qué le parece el nombramiento de Manuel Palomino en lugar de Juli Fuster como director general del IB-Salut?
Juli Fuster tuvo que dimitir por un caso de nepotismo y la consejera ha nombrado a un nuevo director general, que aún está recién aterrizado. Lamentablemente, si la buena noticia para nosotros era que al fin había cesado el anterior director general que tenía en su haber numerosos conflictos y problemas que habían surgido durante su mandato; la mala es que el señor Palomino ha dicho que su línea de gestión va a ser continuista con la dirección anterior. Nos quedan pocas esperanzas de que este Gobierno sea capaz de resolver los problemas que están afectando a la salud de Baleares y que son tan drásticos y tan importantes para la vida de los ciudadanos.
¿Cómo se deberían abordar los problemas de las listas de espera?
Lo que hay que hacer es retribuir mejor al personal. Hay que mirar cómo se están pagando las peonadas con respecto a otras comunidades autónomas, aquí es bastante inferior. Hay que mirar ese plus de insularidad que tiene, por ejemplo, las Islas Canarias, que aquí es ridículo. Es cinco veces más lo que se cobra en Canarias por el plus de insularidad.
Hay que modificar la legislación para evitar que se pidan requisitos lingüísticos a las personas que vienen a trabajar. Es más, si tenemos falta de profesionales sanitarios, no debería exigirse ni siquiera el castellano. No es un tema de que yo no quiera que aquí hablen el catalán o el español. Si viene un médico extranjero porque no nos queda más remedio, tendremos que eximirle de saber español. A lo mejor habrá que poner un intérprete si es necesario, pero lo que no puede ser es que la gente se quede sin atender porque no haya suficiente personal.
"El plus de la insularidad y el catalán son barreras para contratar sanitarios en Baleares"
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¿Qué carencias tiene la Atención Primaria balear?
Este verano médicos de Atención Primaria, concretamente 423 médicos de 44 ambulatorios de Mallorca, lo que representa al 85 por ciento de ambulatorios que hay, enviaron una carta desesperada a la Consejería ante la gran situación de saturación de la Atención Primaria. Propusieron un plan de choque con una serie de medidas y no se ha puesto en marcha ninguna. Esta política de dejadez y de brazos caídos lo que hace es perjudicar a los ciudadanos.
En Atención Primaria también faltan profesionales, diferentes a los que tradicionalmente cuenta este servicio. Por ejemplo, psicólogos. Los psicólogos, que no hay ninguno en los centros ambulatorios, pueden prevenir complicaciones posteriores que luego acaban derivando en especialistas. Si pusiéramos más personal administrativo estaríamos liberando a los sanitarios de carga burocrática. También podríamos aumentar las peonadas, las horas extras que realiza el personal en caso que sea necesario y contratar más personal, sobre todo el problema es la falta de personal.
¿El plus de la insularidad y el catalán son barreras para contratar sanitarios?
Por supuesto. La retribución es básica porque las personas tienen sus proyectos de vida y, evidentemente, si trabajas en una comunidad autónoma donde el coste de la vida está por las nubes y el salario no es acorde elegirás otros destinos para trabajar. Y luego la barrera del catalán es algo absurdo. Si tienes un problema de facultativos, no pongas barreras que antes no existían porque hasta ahora no ha habido ningún problema. La gente ha ido a los centros de salud y ha funcionado exactamente igual.
Hay que tener en cuenta que hay facultativos que atienden hasta sesenta personas en una jornada. Esto puede derivar en fallos involuntarios de diagnóstico porque es imposible poder llevar a cabo esta carga de trabajo de una forma sana, incluso para la salud mental de los propios trabajadores. Lo suyo sería tener un límite de 25 consultas al día. Hay médicos de Familia que tienen asignadas 2.000 tarjetas sanitarias. Hay que aumentar las plantillas, pero de forma real y para ello hay que tener los medios para que las personas tengan incentivos para venir a trabajar a las Islas Baleares.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.