Llega el fin del verano y
septiembre, como otros años, se presenta como un mes de
alta demanda para los
psicólogos. El tiempo libre viene, en muchos casos, acompañado de un aumento en la
conflictividad entre parejas y familias, que aparece tras las vacaciones de verano. Además, los problemas alimenticios salen más que nunca a la luz y el “
síndrome posvacacional” recae sobre aquellos que experimentan altos niveles de estrés en su trabajo.
Por esto, septiembre, no solo es “una vuelta al cole” para los estudiantes, sino que también afecta a los psicólogos, aunque las causas son diversas. Así lo explica la psicóloga
Ana Gutiérrez, a
Redacción Médica. Aunque, para ella, a pesar de que el número de consultas aumentan durante el noveno mes del año, el crecimiento exponencial de la demanda de atención psicológica tras la
pandemia y la falta de profesionales, provocan una
saturación en este sector durante todos los meses del año.
Los problemas entre parejas, la principal demanda
La
conflictividad en parejas y familias después de las vacaciones de verano es uno de los problemas que más aumenta durante este mes, tal y como explica Gutiérrez. Esto se debe a que “
la convivencia se intensifica durante las vacaciones” y a menudo conduce a un aumento de los enfrentamientos, lo que puede resultar en separaciones y consultas de terapia de pareja. “A veces, no todas se concretan en
separaciones, pero sí en cierta conflictividad”, explica. “Muchas veces es entre parejas, pero también sucede entre padres e hijos”, aunque los que más se perciben son “los problemas de gente que se plantea la separación”.
El
amor continúa siendo protagonista respecto al crecimiento de las consultas de psicología, aunque también por otros factores. Gutiérrez también ve en septiembre un aumento en casos relacionados con "
primeros amores de verano", ya que las experiencias románticas de verano pueden dejar una huella emocional significativa en los jóvenes. La creciente conciencia sobre la importancia de la salud mental ha llevado a más personas a buscar ayuda psicológica en tales situaciones.
“Antes no se acudía al psicólogo y ahora, por suerte, tenemos una
mayor cultura a la hora de solicitar ayuda cuando se necesita, para aprender a gestionar y a resolver nuestros problemas, y eso se nota”, explica la profesional.
Los trastornos alimenticios: de la primavera al verano
Los
trastornos de alimentación son otras de las grandes demandas tras el verano. Esto se debe a que, a pesar de que este problema se siembra meses antes, las consecuencias se comienzan a notar tras el periodo estival.
La aparición de las
redes sociales y la alta utilización de filtros en las imágenes, ha generado un aumento del
descontento con los cuerpos, especialmente entre la gente joven. Esto lleva a muchos a comenzar con “
operaciones bikini” que se basan en la restricción de alimentos y la creación de rutinas de ejercicio excesivas y perjudiciales para la salud.
“Si una persona con un peso normal pierde dos o tres kilos no te llama la atención” explica, pero con el paso del tiempo, “el problema no son los kilos que ha perdido, sino las
conductas que ha introducido en su vida y que se convierten en patológicas, por eso, cuando llega septiembre la pérdida es más evidente y es cuando empieza la
preocupación de los familiares”, explica.
Y como no, la “depresión posvacacional”
El "
síndrome posvacacional", a pesar de no ser un diagnóstico formal, destaca en las personas que experimentan
estrés relacionado con el trabajo, ya que a menudo pueden sufrir recaídas después de un
período de descanso. Esta caída puede llevar a una mayor conciencia de la necesidad de ayuda psicológica y, en consecuencia, a una mayor demanda de servicios de psicoterapia.
“A nadie nos apetece volver al trabajo, pero si tenemos problemas como acoso o situaciones de
presión asistencial, la cosa se complica”, comenta. “Tú has eliminado el factor estresante durante un mes y la mejora es muy grande, pero cuando vuelve al trabajo, ese malestar, al que ya se había
acostumbrado antes de las vacaciones, le hace tomar consciencia de que está mal y decide pedir
ayuda”.
Además de las dinámicas de trabajo, septiembre también trae casos relacionados con la
transición académica. Muchos estudiantes cambian de etapa educativa y algunos pueden enfrentar dificultades en la adaptación, lo que requiere intervención psicológica de apoyo.
Saturación desde antes de verano
En cuanto a cómo los psicólogos manejan este aumento en la demanda, Ana destaca que muchas agendas
ya están saturadas debido al crecimiento exponencial de la demanda de servicios de salud mental, especialmente después de la pandemia. Para ella, una de las soluciones pasa por la incorporación de
más psicólogos en la Atención Primaria y una mayor atención a la prevención y la gestión de problemas desde una edad temprana.
“La solución más profesional es trabajar más la prevención desde la
gestión de los problemas y desde la inteligencia emocional, y hacerlo desde la escuela y desde la
infancia”, además, también considera necesario “trabajar la detección precoz de los trastornos de la conducta alimentaria”. “Debe ser una solución multifactorial”.
Para ello, considera fundamental “poner más psicólogos en la
Atención Primaria”. “Si intervienes sobre un problema cuando la persona tiene los primeros síntomas, a lo mejor estamos
reduciendo la duración de los tratamientos. Es importante coger el cuadrante a tiempo”.
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