La
salud mental supone un reto para los sistemas sanitarios de todo el mundo. La creciente prevalencia de trastornos como
la ansiedad y la depresión hace necesario encontrar nuevas fórmulas que permitan su adecuado tratamiento. En este sentido, una
investigación publicada en el British Medical Journal (BMJ) apunta a la videollamada desde Atención Primaria como una opción terapéutica más ágil y que mantiene la efectividad.
La investigación se sustenta sobre un ensayo llevado a cabo en 29 centros de Atención Primaria en Alemania con una muestra de
376 pacientes de entre 18 y 81 años. Para llevarla a cabo se contó con un equipo compuesto por
21 psicólogos y un médico en busca de un objetivo: evaluar
si la consulta de salud mental por video (Provide) consigue mejorar los síntomas de ansiedad y depresión en mayor medida de lo que lo hace el tratamiento llevado a cabo presencialmente en Atención Primaria.
Los pacientes elegidos para participar en el ensayo debían padecer
ansiedad,
depresión o una combinación de ambos con un grado, al menos, moderadamente grave. Además, era requisito que no hubieran recibido tratamiento previo o si éste había resultado insuficiente. Del mismo modo, se descartó a posibles pacientes por causas como abuso de sustancias estupefacientes, necesidad de atención urgente o embarazo, entre otros.
La prueba dividió a los pacientes en dos grupos: de un lado, una parte siguió recibiendo atención presencial. Los tratados por video, por su parte, se sometieron a 5 sesiones de psicoterapia celebradas en una misma franja horaria, con una periodicidad quincenal y que se prolongaron durante ocho semanas.
¿Depresión y ansiedad mejoran con terapia por video?
Pasado este periodo, los resultados determinan un
“cambio absoluto en la gravedad media de los síntomas depresivos y de ansiedad medidos [...] entre el momento de la evaluación inicial y seis meses después de la misma”. En concreto, la prueba establece una puntuación dos puntos mayor para el grupo de intervención en la escala PHQ-ADS (-9,2 frente -7,1), que evalúa los síntomas de estos trastornos. Esta mejora, además, también se apreciaba pasado un año, apuntando de este modo a un tratamiento efectivo, pero también estable en el tiempo.
“El modelo Provide fue más eficaz para reducir no solo la gravedad de los síntomas depresivos y de ansiedad, sino también el
malestar psicológico relacionado con los síntomas somáticos, tanto a los seis meses como a los doce meses de la evaluación inicial”, indican los autores sin dejar de tener en cuenta que la tendencia natural de los síntomas a mejorar con el paso del tiempo sin ningún tratamiento específico también puede jugar en favor de este resultado.
“A pesar del pequeño tamaño del efecto, por debajo de la diferencia mínima clínicamente importante promedio, la mejora constante de los síntomas es significativa dada la alta prevalencia de depresión y ansiedad en entornos comunitarios.
Una implementación más amplia del modelo podría mejorar el acceso a la atención de salud mental, especialmente en entornos de Atención Primaria donde puede mitigar las barreras geográficas y temporales”, concluye la investigación.
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