El
ejercicio terapéutico, apoyado en la evidencia científica, se ha convertido en el pilar fundamental de los tratamientos de Fisioterapia y su aplicación se va extendiendo, a través del sistema de salud, desde los centros de Atención Primaria (AP) hasta los equipos multidisciplinares en Atención Hospitalaria.
En la Comunidad de Madrid hay más de un centenar de Unidades de Fisioterapia en AP, en las que prestan servicio 262 profesionales que atienden más de 150.000 primeras consultas cada año -a las que se suman las sesiones de tratamiento que puedan requerir los pacientes-, según datos de la Consejería de Sanidad regional.
Cuándo interviene la Fisioterapia
En estas unidades de atención específica se realiza la valoración y asistencia sanitaria a personas con patologías musculoesqueléticas agudas y subagudas; con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), en casos leves y moderados; a mayores con fragilidad o deterioro funcional; y en dolor crónico.
Desde las Unidades de Fisioterapia también se desarrollan tareas de educación para la salud, prevención y autocuidados orientados a la ciudadanía madrileña, con el objetivo de trasladar la necesidad de mantener hábitos de vida saludables y la práctica de actividad física.
“El ejercicio terapéutico, en todos los casos, es el eje de la actuación de los fisioterapeutas, tanto con un carácter preventivo como en el tratamiento de numerosas enfermedades o la lucha contra la fragilidad en personas mayores”, explica
Aurora Araújo, decana del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM).
La población tiene acceso a las unidades de Fisioterapia en AP tras la derivación desde la consulta de Medicina de Familia o Pediatría. Sin embargo, poco a poco se va incorporando el acceso directo a Fisioterapia en casos como epicondilalgia, fascitis plantar y esguince de tobillo y esta posibilidad se irá extendiendo previsiblemente en los próximos años.
Riesgos
Aurora Araújo recuerda también que
“los fisioterapeutas somos los profesionales sanitarios formados y capacitados para el tratamiento de personas con patología o lesión a través del ejercicio terapéutico, lo que supone una garantía para la sociedad”.
La decana del CPFCM se refiere a las circunstancias que acompañan a cada persona con patología, desde el impacto del tratamiento farmacológico, enfermedades paralelas que pueda haber, control de su evolución, etc., y que es necesario conocer al prescribir ejercicio terapéutico, con un objetivo muy diferente del entrenamiento deportivo.
“La diferencia radica en que la prescripción y supervisión por parte de un fisioterapeuta asegura que el tratamiento de ejercicio terapéutico se realizará bajo el control necesario ante enfermedades en las que, a veces, hay un elevado riesgo de posibles complicaciones para la salud. Esa capacidad se adquiere con el conocimiento, el estudio continuo de las patologías y la experiencia de trabajar con una diversidad de pacientes que requiere una atención y monitorización exhaustiva, y no puede ser llevada a cabo por un profesional no sanitario”, continúa Aurora Araújo.
Por eso, los fisioterapeutas madrileños destacan el peligro que puede haber, por ejemplo, al seguir vídeos de YouTube que pueden no tener base científica alguna, cuando se va a realizar ejercicio terapéutico para el tratamiento de una enfermedad.
Desde el CPFCM también inciden en que el acto de derivación sanitaria, cuando se trata de patologías, debe producirse desde un profesional sanitario -como un médico- a otro profesional sanitario -como es el fisioterapeuta-, tal como establecen la legislación, la correcta práctica clínica y el código ético.
Fisioterapia en Oncología
Un ejemplo más de la aplicación del ejercicio terapéutico es el ámbito oncológico. La evidencia ha demostrado que las técnicas de Fisioterapia aportan numerosos beneficios a estos pacientes, al ofrecer una terapia complementaria no farmacológica muy eficaz. Se aplican cuando se identifica el cáncer, durante cada tratamiento y en la etapa posterior.
La
Fisioterapia Oncológica optimiza la funcionalidad, ayuda a afrontar los tratamientos en una situación idónea y busca prevenir complicaciones que empeorarían la supervivencia y calidad de vida de las personas con cáncer.
Teniendo en cuenta que aparecen secuelas en el 70% de pacientes supervivientes,
“la Fisioterapia aporta diversas herramientas y técnicas con la intención de reducir el dolor, la limitación de la movilidad o la fatiga -presente en la mayoría de los casos- y prevenir o paliar efectos tardíos, como debilidad o atrofia muscular, linfedema, disfagia, trismus, complicaciones estéticas, neurotoxicidad, cardiotoxicidad o disfunción sexual, entre otras”, destaca Aurora Araújo.
En la etapa inicial -entre el momento del diagnóstico y el comienzo del tratamiento agudo-, la Fisioterapia, a través de la prehabilitación, permite definir un nivel funcional básico, identificar deficiencias y proporcionar intervenciones para reducir la incidencia o la gravedad de futuras secuelas. De ese modo, el proceso será más eficaz y la recuperación, más rápida.
Ya durante los tratamientos o después de una cirugía, la Fisioterapia cumple un papel primordial, cuando pueden presentarse problemas asociados a la movilidad, la inflamación, la sensibilidad y la coordinación motora en la actividad diaria de personas con cáncer.
“La Fisioterapia puede colaborar en la detección precoz de complicaciones derivadas de esos tratamientos, favoreciendo así la labor médica”, añade Aurora Araújo.
En gran parte de estos casos, el tratamiento fisioterápico se apoya en el ejercicio terapéutico. Sin embargo, la presencia de fisioterapeutas es escasa dentro de los equipos multidisciplinares que abordan los diferentes tipos de cáncer en España.
Necesidad de especialidades
En todos estos ámbitos, la decana del CPFCM señala una limitación que sigue teniendo que afrontar la Fisioterapia: “aún hay muchos profesionales sanitarios, como ocurre con algunos médicos, que no tienen bien identificados los campos en los que actuamos, que son muchos, lo que frena nuestra incorporación a equipos multidisciplinares y la derivación de pacientes cuando es necesaria”.
Aurora Araújo también recuerda que está pendiente la creación de especialidades dentro de la Fisioterapia.
“Cuando existan resultará más sencillo que otros profesionales sanitarios como los médicos conozcan mejor nuestras capacidades, lo que facilitará la derivación”, concluye la decana del CPFCM.
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