El hijo del carpintero que creció en el mismo hospital: "Estaba orgulloso"

Alex Ginés no puede evitar emocionarse al hablar de su padre y de todos los valores que le ha inculcado dentro del sector sanitario. Y es que este coordinador de Fisioterapia y Terapia Ocupacional del Hospital Vall d'Hebrón acaba de cumplir 40 años trabajando en el centro, y parte de ese periodo lo ha recorrido junto a su padre, carpintero del Servicio de Traumatología, y de quien solo tiene palabras emotivas al rememorar una de las épocas más bonitas de su vida. 

Ginés comenzó su periplo en este hospital con tan solo 18 años. Entró primero como celador, en un edificio alejado del que trabajaba su padre, pero él tenía claro que su objetivo era formarse en Fisioterapia. "Mi padre trabajaba como carpintero en Traumatología y se encargaba de construir muebles a medida, camillas y participaba en todo lo que era necesario. Lo hacía junto a los fisioterapeutas del centro, quienes también se encargaban de ayudarle con las molestias físicas que acarreaba su labor", ha explicado.

Su progenitor ya estaba orgulloso de que su hijo estuviese trabajando en su misma institución, pero no se conformó con ser celador y fue escalando puestos hasta lograr su meta: convertirse en fisioterapeuta. Ese momento fue mágico para los dos, porque no solo significaba que Ginés había cumplido su sueño, sino que trabajaría en la misma unidad que su padre. 

"Yo llevaba muchos años en el hospital. Pasé de celador a técnico de Anatomía Patológica. Pero cuando promocioné a fisioterapeuta recuerdo que mi padre me acompañó a mi nueva taquilla, le miré a los ojos y pude ver lo orgulloso que se sentía de mí, y de estar en la misma unidad que yo", se ha sincerado con Redacción Médica.

Trabajar en un hospital junto a tu padre

A pesar de que sus turnos eran diferentes -Ginés entraba de mañanas y su padre de tardes- siempre intentaba coincidir unas horas para ponerse al día sobre las novedades que ocurrían en sus vidas. "Yo ya no vivía con él en casa y buscábamos un momento para vernos", ha incidido. 

De ese periodo de tiempo en el que los dos trabajaban juntos han pasado años, pero las enseñanzas y valores que su padre le ha transmitido siguen presentes en su día a día. "Me enseñó la importancia del compromiso y del esfuerzo. Él siempre que daba su palabra nunca la rompía. Y también era muy leal. La gente podía confiar en él y siempre iba a estar ahí para cuidar a las personas que quería", ha subrayado. 

La importancia de los valores en sanidad

Esos principios que su padre le transmitió no solo le han valido para crecer como persona, sino también en el ámbito laboral. Y es que, gracias a eso, Ginés se considera una persona "muy comprometida" con su institución y con la que siente una "fuerte relación". "El valor del centro es la gente que trabaja aquí. Puede ser muy tecnológico, pero lo fundamental son las relaciones humanas”, ha afirmado.

Su padre ha fallecido, pero su herencia perdura, tanto en el plano emocional como físico. En este sentido, el hospital conserva varios "artilugios" que construyó su padre en los años 60 y que, a día de hoy, Ginés todavía los sigue utilizando, como un armario donde colocar las historias clínicas. "Yo me jubilaré más pronto que tarde y no dejaré nada material, pero él no solo dejó cosas tangibles, sino también lo más preciado que tenía: a su hijo", ha aseverado.

Esa vocación y compromiso por pertenecer a una institución es algo que ha vivido más veces Ginés en su Servicio. Actualmente hay una fisioterapeuta muy joven que es la nieta de una antigua compañera suya, y que, aunque ahora mismo tiene contratos de suplencias, las ofertas que ha recibido de otros lugares las ha rechazado. "La única explicación que tengo a esto es que, muchas veces, los centros tan grandes y que tienen tanta gente crean vínculos emocionales entre la propia institución y los familiares que trabajan”, ha concluido.