El verano siempre ha sido para los más pequeños uno de los
momentos del año más idílicos, debido a la
libertad ininterrumpida que llegan a tener durante más de dos meses. Este momento mágico puede llegar a romperse cuando el niño se convierte en
paciente y debe ingresar en
un hospital durante estas fechas. Aunque no llega a influir igual en todas las personas,
Victoria Sánchez, psicóloga del
Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, afirma en
Redacción Médica que “sí puede acentuar la sensación de
sentirse diferentes y de injusticia, generando rabia, tristeza... no influye igual en todas las personas”.
El primer aspecto que la especialista considera que se debe tener en cuenta es el “
impacto emocional que tienen determinados procesos de salud en un
niño/adolescente como es el ingreso hospitalario”. Ante esta realidad, Sánchez reivindica se debe
vigilar muy de cerca la gestión emocional y acompañamiento que hagan los adultos más cercanos, tanto los familiares como los profesionales sanitarios, pudiendo tener un efecto minimizador o amplificador del estrés y el miedo”.
La apuesta por parte de la psicóloga a la hora de establecer estrategias para
abordar la estancia de niños y adolescentes en el hospital consiste en “ofrecer interés para conocer al paciente, además de
contar con la capacidad y tiempo para escucharlo”. Otro aspecto fundamental resaltado por Sánchez es “tolerar por un lado
expresiones emocionales intensas y no forzar la comunicación. Es indispensable esforzarse para traducir lo que hay detrás de lo que se ve a simple vista y nunca minimizar el malestar que puedan sentir”.
"Es indispensable esforzarse para traducir lo que hay detrás de lo que se ve a simple vista"
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Otra consigna defendida por la especialista es la necesidad de ofrecer al paciente pediátrico
experiencias de apego seguro: “Es necesario consolidar una base de refugio seguro, siguiendo el modelo del Círculo de seguridad parental (
COSP), muy útil como guía tanto para familias como para profesionales que trabajan con niños”.
¿Cómo se trata a la población infantil y adolescente?
Los adultos, a priori, tienen la capacidad de comunicar
cómo se encuentran y qué necesitan. La especialista recuerda que en el caso de la
población infantil y adolescente es distinto, ya que “muchas veces se van a expresar principalmente a través de lo
conductual. Si el especialista se queda sólo con esto
perderá cuestiones muy importantes y probablemente dará respuestas inadecuadas. Es necesario dar salida poco a poco a toda esa
activación emocional que puede generar problemas emocionales a medio o largo plazo”.
"La tecnología no debería convertirse en la herramienta principal para tratar al paciente"
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Los profesionales sanitarios deben tener una
gran responsabilidad respecto al trato con los pacientes, y esta relación debe ser, en palabras de la psicóloga, “exquisita especialmente en el
caso de niños y adolescentes, dado el impacto que pueden tener. Sin darse cuenta se puede dejar una huella negativa importante que haga que una situación de estrés en un ingreso se convierta en traumática”.
La
tecnología y la inteligencia artificial son herramientas que Sánchez no descarta su uso para abordar los ingresos hospitalarios de una forma mucho más enriquecedora: “El paciente puede estar conectado con sus amigos y puede ser una
fuente de entretenimiento cuando las opciones son limitadas, si bien no debería convertirse en la herramienta principal. Los adultos deben desplegar toda su creatividad para ofertar experiencias e interacciones atractivas dentro del contexto de un ingreso en verano”.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.