Los próximos días del 18 al 20 de octubre se desarrollará en Madrid
el mayor congreso sobre el dolor organizado desde el punto de vista de la Fisioterapia con una visión multidisciplinar. La Sociedad Española del Dolor (SED) y el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM), se han unido para poner en marcha esta iniciativa que pretende aportar nuevas formas de enfocar y tratar el dolor crónico desde un abordaje global, en todas las áreas que afectan a estos pacientes: biológica, psicológica y social.
La decana del CPFCM,
Aurora Araújo, explica las claves que convertirán a este congreso nacional en un evento único.
¿Por qué otro congreso sobre el dolor?
Justamente porque no es otro más, sino una iniciativa disruptiva e innovadora, tanto por su organización y enfoque, como por el contenido y los propios asistentes. Es verdad que el punto fuerte será un congreso de tres días que reunirá a más de mil profesionales multidisciplinares para debatir y compartir sus experiencias e investigaciones sobre el dolor, pero se trata de una experiencia que durará un año, en la que vamos a crear una comunidad con un contacto permanente y un valor añadido que va más allá de la cita del congreso. El enfoque es también diferencial: queremos reunir a todos los profesionales sanitarios que tratan a pacientes con dolor crónico y desmenuzar las investigaciones más novedosas y el conocimiento más avanzado con una visión de 360 grados sobre esta dolencia. Y lo haremos con algunos de los expertos más prestigiosos del ámbito clínico, docente y de la investigación.
"Queremos reunir a todos los profesionales sanitarios que tratan a pacientes con dolor crónico"
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¿Cuál es la situación actual de los pacientes con dolor crónico?
Cerca de nueve millones de personas en España, casi el 26% de la población, sufre dolor crónico, que es una de las principales causas de discapacidad, bajas laborales, de consulta médica, el motivo más habitual de solicitud de medicamentos sin receta y una carga significativa para los sistemas de salud. La edad media del paciente está en los 51,5 años, pero la prevalencia más alta se da en las personas de entre 55 y 75 años; más entre mujeres (el 30,5% frente al21,3%). Engloba problemas osteoarticulares (principalmente, lumbalgia) y patologías como fibromialgia, artritis, artrosis y migraña, entre otras. Y es una dolencia que va en aumento, ligada a la esperanza de vida, y con una condición compleja que afecta a múltiples dimensiones de la salud y el bienestar del paciente. Y en estos momentos no se aborda con esa visión múltiple.
¿Cómo es el abordaje que se va a proponer en el congreso?
Queremos afrontar ese reto que plantea la multidimensionalidad del dolor crónico y el congreso está diseñado con ese objetivo. En la jornada inicial del día 18, profesionales de distintas especialidades presentarán sus trabajos e investigaciones; un entorno abierto en el que habrá ponencias precongreso, comunicaciones orales, talleres, etc. Está pensada para hacer una revisión completa de todos aquellos aspectos sobre los cuales se puede profundizar y plantear cuestiones en torno al dolor crónico, su incidencia y sus posibles abordajes: el entorno biológico, desde la célula hasta la persona; el contexto; la parte social; y la psicológica y filosófica. A partir de ahí, durante los dos días siguientes se desarrollarán master class y mesas de debate con expertos, nacionales e internacionales, en áreas tan variadas como: ejercicio y electroterapia, modelos de educación, cefaleas, enfoque bioconductual, enfoque social del dolor, comunicación con el paciente, terapias pasivas, dolor pélvico, enfoque con menores, entre otras.
¿Puede confirmarnos algún destacado ponente?
Uno de los puntos fuertes del congreso es, precisamente, el nivel de sus ponentes. Vamos a contar con expertos de la talla de Michael Sullivan, Kathleen Sluka, Manuel Herrero, Manuela Monleón, Juan Pérez Cajaraville, Elisa Gallach o Carlos Goicoechea, entre otros.
¿Qué barreras se tienen que romper para conseguir un trabajo multidisciplinar en torno al dolor crónico?
Básicamente hay tres barreras. Por un lado, la formación de los profesionales de la salud no está enfocada hacia este tipo de trabajo; los programas son muy cerrados, así que partimos de un origen en el que ya es difícil la colaboración. Luego, en el desarrollo profesional hay pocas oportunidades de que médicos, anestesistas, odontólogos, fisioterapeutas, enfermeros, psicólogos, etc. compartan proyectos, algo que tampoco facilita la estructura de los propios sistemas de salud, que añaden dificultades presupuestarias, administrativas e, incluso, de espacios. Y, además, la cultura de nuestro entorno, en general, tiende a primar el trabajo independiente. Pero es el momento de cambiar eso. La colaboración entre fisioterapeutas y médicos es constante en cada vez más áreas de trabajo y está demostrado que los equipos que abordan de forma conjunta los problemas de salud de los pacientes consiguen mejores resultados. Tenemos que practicar un cuidado que ponga al paciente en el centro de la atención y le haga partícipe de su salud.
¿Qué mejoras puede conseguir la colaboración multidisciplinar en el tratamiento del dolor crónico?
Muchísimas. Es fundamental. Solo la colaboración multidisciplinar nos hará avanzar en el conocimiento del dolor crónico. Como hemos visto, es una dolencia con una elevada prevalencia y un enorme impacto social. Los profesionales sanitarios debemos comprometernos para seguir investigando, transferir esos conocimientos a la práctica clínica, compartir, ser capaces de abordar unidos los casos de los pacientes para proponer abordajes que integren el tratamiento farmacológico con intervenciones psicológicas, físicas y educativas, con una visión sobre todas las dimensiones que afectan al paciente. Un compromiso, en definitiva, con la mejora de la salud de los ciudadanos.
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