El aumento de las
llamadas pseudoterapias en los últimos años y la
preocupación por el intrusismo ha provocado que los profesionales se hayan puesto manos a la obra para intentar tomar medidas y minimizar sus consecuencias. Todo ello se ha abordado recientemente en el
III Congreso Nacional de Psicología organizado por el Consejo General de la Psicología de España en Oviedo.
En una mesa redonda bajo el título 'Psicología, intrusismo y pseudociencias',
Rosa Ramos, vocal del Consejo, decana del Colegio Oficial de Psicólogos de Navarra y miembro del grupo de trabajo del Observatorio de la profesión contra el Intrusismo, explica cuál es la situación actual en este aspecto. "El desarrollo y la presencia de la profesión de la psicología en múltiples ámbitos de nuestra sociedad ha experimentado un reconocimiento y una identificación de profesionales que prestan ayuda y mejoran la salud de las personas. Es en este contexto donde
aparecen también las amenazas externas. En la actualidad se está dando una proliferación de lo que denominamos pseudoterapias;
terapias que se ofrecen para curar todo tipo de problemas con base emocional o trastornos que requieren un especialización psicológica, pero que provienen de campos bien distintos", explica en conversación con
Redacción Médica.
En un año se han recibido más de 300 denuncias en el Observatorio contra el Intrusismo
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La experta recuerda que
estas pseudoterapias suelen hacer atractiva la captación de clientela, algunas ofreciendo incluso seminarios en tiempo récord para enseñar técnicas sin ninguna base científica. A veces también las
'terapias-milagro' son impartidas por "profesionales que nada o poco tienen que ver con la psicología", aunque en ocasiones hay psicólogos que participan.
"Se trata de un buen filón económico. Por ejemplo, un
coach economista que trata las depresiones, o un especialista en nutrición que anuncia tratamientos para trastornos de la alimentación como la anorexia o la bulimia. O profesionales de la psicología que ofrecen servicios combinados como psicología y tarot,
psicología y reiki, incluso se ha dado el caso de algún psicólogo que, bajo el nombre de bioneuroemoción, promete curar el cáncer", expone Ramos.
Como ella misma señala, el intrusismo está siendo un tema de preocupación desde los órganos de gobierno de la profesión, que han desarrollado un
Observatorio contra el Instrusismo y la Defensa de la Profesión, que en menos de un año ha recibido más de 300 denuncias de colegiados y usuarios sobre ofertas de centros y personas que ofrecen servicios para solucionar problemas relacionados con la salud mental pero que provocan más bien todo lo contrario.
Obligaciones y recomendaciones
"Nuestro código deontológico regula de manera clara nuestra actividad profesional. Diversos artículos exponen la exclusividad de ofrecer servicios o sistemas de intervención sujetos al conocimiento científico y la obligación de actualizar de manera continuada dicho conocimiento.
No debemos presentar publicidad engañosa o confusa al usuario, como tampoco podemos ofrecer ayuda con sistemas que no puedan ser replicados y recomendados por las investigaciones o publicaciones rigurosas", comenta a este diario.
Según expone Ramos, las
consecuencias de un mal ejercicio son enormemente graves, según los datos con los que cuentan de cuando les toca intervenir y reconstruir el daño. "Se entiende, por tanto, que éste es un problema de salud pública", defiende, en que las administraciones deben proteger a la población. "Existe además la
necesidad de regular los espacios de intervención y de analizar los límites en relación a otras profesiones", ya que actualmente "los órganos de gobierno de la profesión de la psicología podemos intervenir solamente sobre personas que se anuncien como sanitarios o que ofrecen tratamientos presentándose como centro sanitario sin serlo", declara la experta.
Telepsicología
Aprovechando el III Congreso Nacional se presentó también en esta mesa redonda la Guía de la Telepsicología, surgida como necesidad por la
implantación de las nuevas tecnologías de la información y la telecomunicación y elaborada por el grupo de trabajo del Ejercicio Privado de la Profesión, coordinado por Ramos.
"El uso de servicios de telepsicología va a ir en aumento, y supone
ventajas para los profesionales y para los usuarios, dado que se eliminan barreras geográficas y temporales", defiende.
En este sentido, Ramos explica que las tecnologías
requieren un procedimiento de uso responsable, de acuerdo a criterios tecnológicos, deontológicos y legales, así como del conocimiento específico necesario cuando la intervención es clínica. "Se pretende adentrar a los profesionales en la posibilidad de
utilizar estos medios con mayor garantía, ya que no todos los que se anuncian en sus webs ofreciendo sus servicios lo hacen desde plataformas seguras", argumenta.
La Guía viene a suplir un vacío de orientación que existía actualmente, y ha contado con la documentación aportada por la Asociación de Psicología Americana (APA) y la Asociación de Telemedicina Americana (ATA).
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