La
sociedad digital es una fuente de desarrollo y oportunidades para las personas, porque les permite comunicarse, obtener información y desarrollar proyectos de una manera que antes era impensable. Sin embargo, la sociedad digital también ha dado lugar a la aparición de
nuevas problemáticas y formas de relación que son objeto de estudio por las consecuencias que pueden tener en los usuarios de la tecnología. De estos usos problemáticos de la Red trata el simposium
‘Usos problemáticos específicos de Internet: Una aproximación a nuevos fenómenos’, coordinado por
Juan Manuel Machimbarrena, profesor de la Universidad del País Vasco, en el V Congreso Nacional de Psicología (CNP2021 Virtual) e
International Symposium on Public Health Psychology.
“Existe mucho debate en la comunidad científica sobre si las redes sociales generan adicción o no. Nosotros creemos que no. Creemos que uno puede hacer un
uso problemático de las redes sociales, pero
no existiría una adicción en los mismos términos que cuando hablamos de una sustancia o cuando hablamos del juego patológico con las consecuencias negativas que conlleva”, explica Machimbarrena.
Según el investigador, un uso problemático a diferencia del modelo de adicción que impera es la idea de que los usuarios pueden preferir una interacción social mediante las redes sociales y que pueden usarlas como una
modificación del estado de ánimo y que esto no es necesariamente negativo. “Podría no ser negativo porque podría utilizar otros elementos para regular su estado de ánimo. Sí que hay otra dimensión que abarca el uso problemático de las redes sociales que es la preocupación congnitiva”, añade.
"Estamos banalizando un problema que no tiene las consecuencias clínicas que tienen otras adicciones"
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A este respecto, el psicólogo apunta que la preocupación congnitiva es el hecho d
e estar preocupado por no estar conectado a redes sociales o el tener que estar conectado de forma compulsiva. “Esto sí que es preocupante. Todo esto podría llevar a consecuencias negativas”, subraya, matizando que
“no hay que demonizar las nuevas tecnologías”.
En palabras de Machimbarrena, lo que hay que hacer es enseñar a regular el estado de ánimo de forma apropiada. “La idea del trabajo es proponer un modelo alternativo al de la adicción.
Estamos banalizando un problema que no tiene las consecuencias clínicas que tienen otras adicciones”, insiste.
Nuevos fenómenos y realidades emergentes
En el simpsium han participado cuatro profesionales que han abordado la primera aproximación a nuevos fenómenos y realidades emergentes que comparten un espacio común en Internet y que requieren de mayor investigación por las consecuencias que puedan tener en todos los usuarios.
En la primera comunicación se ha hablado de los primeros datos de una adaptación y validación de una escala para analizar el uso problemático de las redes sociales en adolescentes (Psnsu). La segunda ponencia ha tenido por objetivo analizar la
prevalencia del ghosting. Es decir, al cese de forma unilateral toda comunicación (temporalmente o permanente) con alguien con quien se mantiene algún tipo de relación a través de uno o múltiples medios tecnológicos.
El tercer trabajo ha presentado una revisión sistemática de la definición del concepto y conceptualización de las
loot boxes, conocidas como cajas de botín, definidas como microtransacciones de carácter aleatorio dentro de los videojuegos. Por último, la última ponencia ha tenido por objeto los
challenge o
retos virales en Internet.
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