El
Hospital de Fuenlabrada se ha convertido en el primer centro pionero a nivel mundial en usar un
nuevo tratamiento para abordar el
cáncer de páncreas. Después de lograr buenos resultados con una
primera paciente, el hospital incorpora a dos más para
seguir recabando datos. Este estudio forma parte del
registro internacional Osprey, que tiene el objetivo de llegar a los
500 pacientes a lo largo de
cinco años y determinar el nivel de eficacia de un tratamiento que usa un
isótopo radiactivo, como principal novedad.
La
nueva terapia para cáncer de páncreas consiste en el uso de braquiterapia con radiofármacos, técnica que a través de una
endoscopia se inyecta el principio activo dentro del tumor con una radiación muy controlada, no está pensada para todos los tipos de cáncer de páncreas.
Fernando Pereira, jefe del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario de Fuenlabrada, afirma en
Redacción Médica que “no debemos crear
falsas expectativas. Este tratamiento únicamente está indicado para un tercio de los pacientes con este tipo de cáncer, conocido como
localmente avanzado. El tumor no se puede extirpar porque afectaría a
arterias y
venas que rodean el páncreas, por lo que nos dedicamos a reducir el tumor”.
"No debemos crear falsas expectativas con este tratamiento"
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Hasta ahora este tipo de pacientes realizaban un tratamiento
combinando quimioterapia con
radioterapia externa, situación que generaba varios efectos secundarios. El nuevo escenario que Pereira ha iniciado en el hospital es “hacer radiación interna. Se inyecta dentro del propio tumor un
isótopo radioactivo con el que emitirá la radiación. Se hace con una gastroscopia que lleva acoplado un ecógrafo. A través del endoscopio se ve el tumor del páncreas y se inyecta el isótopo. Se pueden administrar dosis muy superiores a las que se usa con
radioterapia externa y con más protección para los órganos del alrededor”.
El nuevo tratamiento es fruto de dos estudios pivotales realizados en
Australia y en el
Reino Unido, que fueron presentados en el
Congreso Mundial de la Sociedad Europea de Oncología. “Los resultados de la investigación fueron claramente positivos en comparación con los tratamientos usados hasta ahora y se llegaron a reclutar 50 pacientes. Ahora, el
registro internacional Osprey espera llegar a
500 pacientes a lo largo de los próximos cinco años. Durante este tiempo se valorarán resultados para comprobar si los estudios se mantienen en la práctica clínica real”, confirma el especialista.
La quimioterapia, fundamental en la nueva terapia
Europa ya ha autorizado a las agencias regulatorias para el
uso postcomercial del tratamiento, y la primera acción que se ha llevado a cabo es, en palabras de Pereira, “realizar un registro internacional, Osprey, en el que se registren todos los pacientes que se tratan con este método, de forma que se compruebe que en la
práctica real los resultados de estos estudios se mantienen. Se va a hacer en varios países y en pocos hospitales con dedicación oncológica especial. En España varios hospitales están en
proceso de autorización, es casual que el
primer centro del mundo de implantes sea el nuestro”.
"En España varios hospitales están en proceso de autorización para usar el tratamiento"
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Pese a
abrir una nueva puerta para el tratamiento en cáncer de páncreas, un requisito fundamental para llevarla a cabo sigue siendo el uso de la quimioterapia. Pereira afirma que “se complementa el efecto de las
quimioterapias modernas con la propia
radioterapia. Cuando los pacientes se van a tratar con este dispositivo, primero se implanta quimioterapia y cuando reciben uno o dos ciclos, se inyecta el implante. Después siguen con la quimioterapia hasta que hacemos las pruebas para ver si ha hecho el efecto deseado y se puede operar el tumor”.
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