Un estudio realizado en más de 50.000 mujeres ha revelado que el
cribado continuado del cáncer de mama después de los 70 años se asociaba a una
mayor incidencia de un cáncer que probablemente
no habría causado síntomas en la vida de la paciente. Estos resultados, publicados en la revista científica 'Annals of Internal Medicine', sugieren que
el sobrediagnóstico puede ser frecuente entre las mujeres mayores a las que se diagnostica cáncer de mama tras el cribado.
Las directrices clínicas que aconsejan el cribado en mujeres mayores varían porque
no está claro el equilibrio entre los beneficios y los perjuicios del cribado en esta población. Algunas investigaciones anteriores han indicado que el beneficio del cribado en cuanto a mortalidad puede
limitarse a las mujeres menores de 75 años.
Entre los posibles perjuicios del cribado en mujeres de edad avanzada se incluyen los
frecuentes falsos positivos que requieren pruebas y procedimientos invasivos, y el sobrediagnóstico en sí se considera actualmente un importante perjuicio adicional del cribado. El sobrediagnóstico puede definirse como la detección de un cáncer, a menudo a través del cribado, que no habría causado síntomas en la vida de una persona.
El riesgo de sobreadiagnóstico "aumenta significativamente" con la edad
Los investigadores de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Yale (Estados Unidos) realizaron un estudio de cohortes retrospectivo de 54.635 mujeres de 70 años o más que se habían sometido recientemente a un cribado de cáncer de mama. Los autores descubrieron que el riesgo de sobrediagnóstico aumentaba significativamente con la edad. Informan de que, entre las mujeres de 70 a 74 años, se calcula que
hasta un 31 por ciento de los casos de cáncer de mama detectados entre las mujeres sometidas a cribado
fueron sobrediagnosticados. En las mujeres de 74 a 84 años, se sobrediagnosticó hasta el 47 por ciento de los casos.
También observaron que el riesgo de sobrediagnóstico era mayor en las mujeres de 85 años o más, con una tasa de sobrediagnóstico de hasta el 54 por ciento. Los autores señalan que no observaron reducciones estadísticamente significativas en la mortalidad específica por cáncer de mama asociada al cribado. Estos hallazgos sugieren que el sobrediagnóstico
debería tenerse en cuenta explícitamente a la hora de tomar decisiones sobre el cribado, junto con la consideración de los posibles beneficios del mismo.
Un editorial adjunto de autores de la
Universidad Johns Hopkins destaca la frecuencia del sobrediagnóstico del cribado del cáncer y los perjuicios del sobrediagnóstico. Los autores añaden que
otros perjuicios del sobrediagnóstico son el riesgo de complicaciones derivadas del sobretratamiento, la ansiedad innecesaria, las dificultades económicas y el consumo innecesario de recursos limitados. Los autores sostienen que la respuesta al problema del sobrediagnóstico es un
mayor estudio de la genómica y una mejor comprensión de la biopsia y el aspecto patológico del cáncer.
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