El desarrollo de las
nuevas tecnologías ha alcanzado una velocidad de vértigo y su impacto en la sociedad es evidente. Las formas en las que nos relacionados con los demás, nuestro comportamiento como consumidores o cómo nos informamos de lo que acontece en el mundo ha cambiado como nunca lo había hecho antes y a un ritmo tan veloz que aún cuesta asimilarlo. El mundo de la
Medicina no vive al margen de estas transformaciones y soluciones, como la
Inteligencia Artificial (IA), han permitido el avance en el
diagnóstico y tratamiento de enfermedades que hasta hace bien poco era impensable.
Uno de los últimos logros de la IA, según una nueva investigación de la
Universidad Case Western Reserve de Estados Unidos, es la predicción de qué
pacientes diagnosticadas con el cáncer de mama premaligno, en etapa 0, probablemente acabarán padeciendo un
cáncer avanzado e invasivo. De este modo, los médicos pueden anticiparse y aplicar terapias adicionales además de la cirugía.
Una vez que una
tumorectomía del tejido mamario revela la presencia de un tumor precanceroso, la mayoría de las mujeres se someten a una
cirugía para extirpar el resto del tejido afectado y algunas también reciben radioterapia, según
Anant Madabhushi, profesora de ingeniería biomédica de la citada universidad.
"Las pruebas actuales clasifican a los pacientes según el riesgo:
alto, bajo e indeterminado. Aunque en cualquier caso se trata a los 'indeterminados' con radiación", sostiene Madabhushi, que forma parte del
Centro de Imágenes Computacionales y Diagnóstico Personalizado (Ccipd) que está al frente de esta investigación. Según su criterio, los médicos “erran en la precaución, dado que estos pacientes deberían clasificarse como de riesgo bajo”.
Pacientes con sobretratamiento
En Estados Unidos se diagnostican 60.000 cánceres de mama al año
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“Probablemente estemos sobretratando a los pacientes”, apunta la profesora. El cáncer de mama en etapa 0 es el tipo más común y se conoce clínicamente como
‘carcinoma ductal in situ’ (DCIS), lo que indica que el crecimiento de células cancerosas comienza en los conductos lácteos.
De hecho, los datos de la
American Cancer Society indican que en Estados Unidos se diagnostican
60.000 casos cada año, lo que supone que
uno de cada cinco nuevo cánceres de mama son DCIS. De media, las mujeres con un tipo de cáncer de seno que no se ha expandido más allá del tejido mamario viven al menos cinco años después del diagnóstico.
El investigador principal del Ccipd,
Haojia Li, empleó un programa informático para analizar la arquitectura espacial, la textura y la orientación de las células y núcleos individuales de las muestras de tejido de
lumpectomía escaneadas y digitalizadas de 62 pacientes con DCIS.
Los resultados fueron reveladores: tanto el tamaño como la orientación de los tumores caracterizados como "indeterminados" suelen ser, por lo general, confirmados como
de bajo riesgo por la “costosa” prueba genética Oncotype DX. De este modo, Li ha podido comprobar, mediante la IA, cuáles son
las características que distinguían a los grupos de pacientes de alto y bajo riesgo que han sido diagnosticados por Oncotype al poder
predecir la probabilidad de progresión de DCIS a carcinoma ductal invasivo en un conjunto independiente de 30 pacientes.
"Esto podría servir para determinar
quién realmente necesita la radioterapia o quién necesita la prueba genética Oncotype, que también es muy costosa", concluye el profesor.
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