Con el paso de los años,
España se ha convertido en uno de los países que más está logrando la
participación de pacientes dentro de
ensayos clínicos. Esta realidad es la que percibe
Andrés Cervantes, presidente de la Sociedad Europea de Oncología Médica (
ESMO, por sus siglas en inglés), aunque el oncólogo aspira a seguir aumentando el número de pacientes en los próximos años. Las dos fórmulas propuestas por Cervantes son
incrementar la consciencia y el conocimiento entre los pacientes por parte de las
sociedades científicas, además de generalizar las ayudas económicas para financiar el transporte o incluso el alojamiento de los pacientes que decidan participar en los ensayos.
El presidente de ESMO considera que España es un país “donde hay una consciencia de
la necesidad de la investigación en cáncer. El ensayo clínico no se debe ver de forma intrusista o de un experimento, sino como una oportunidad nueva para disfrutar de un potencial efecto positivo”. En su experiencia como oncólogo, Cervantes asegura que “la proporción de pacientes que
rechazan su participación es mínima, debido a que no hay una actitud defensiva en estas acciones”.
En algunos países a nivel mundial, como
Estados Unidos, el número de
pacientes dispuestos a participar en ensayos clínicos ha
disminuido paulatinamente, tal y como afirman algunos estudios recientes. Cervantes busca lograr
el efecto contrario en España, y para ello pide que “a nivel general los estudios consideran los gastos para l
os pacientes de desplazamiento y alojamiento. Realizar esta cobertura es importante para aquellos pacientes que vivan en localidades distintas a los centros”.
Cervantes: "Realizar esta cobertura es importante para aquellos pacientes que vivan en localidades distintas a los centros"
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Esta visión es compartida por
Josep Maria Piulats, oncólogo médico del Institut Català d’Oncologia (
ICO), que defiende la necesidad de
compensar “el
desplazamiento de los pacientes al centro, debido a que se requieren muchas visitas extra. Si se generaliza, puede ser un incentivo para que la gente estuviese
dispuesta a participar más en los ensayos clínicos”.
Educación del paciente por parte de las sociedades científicas
Educar al paciente es una de las consignas que Piulats defiende impulsar en España, debido a que el colectivo “debe exigir cuando van a un centro
qué opciones tienen dentro de un ensayo clínico. Si en ese centro no hay, deben preguntar dónde pueden ir. El oncólogo debe ser capaz de decirle qué se hace en proximidad y darle la opción de ir a un centro donde se haga ese tratamiento”. Para ello, las sociedades científicas “deben tirar del carro en esta faceta educativa cuánto antes”.
Piulats: "El paciente debe exigir cuando van a un centro qué opciones tienen dentro de un ensayo clínico"
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En este aspecto, Cervantes sigue la estela del oncólogo del ICO y afirma que incrementar la consciencia de
la necesidad de participar en ensayos clínicos por parte de la sociedad es clave para “seguir impulsando a España en este aspecto. Hasta ahora cerca de un
20 por ciento de los pacientes oncológicos tratados en centros académicos participan en ensayos clínicos, y esta cifra se debe seguir aumentando”.
Legislación de acceso a ensayos clínicos en España y Europa
Una de las piedras angulares que ha permitido a los pacientes españoles tener una vía rápida de acceso a los ensayos es, en palabras de Cervantes, “contar con una
legislación relativamente facilitadora. Hace unos años un ensayo clínico español requería la aprobación de todos y cada uno de los comités de ética de los hospitales participantes. Era una pesadilla para los promotores de los ensayos, y ahora si se aprueba en un centro, se da el visto bueno en el resto”.
En este sentido, Cervantes alerta de que en la
Unión Europea existen diferentes velocidades en la aprobación regulatoria y advierte de que “es necesario vigilar que
las nuevas legislaciones europeas no ralenticen a la española”. Por otra parte, el presidente de ESMO confía en que médicos españoles “sigan apareciendo entre los autores principales de revistas científicas fundamentales como
The New England Journal o
The Lancet”, síntoma de que “la industria farmacéutica y las instituciones académicas están logrando la participación y acceso de los pacientes a los ensayos clínicos”.
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