Aunque sigue siendo un tratamiento predominante en el
cáncer de mama, la
quimioterapia comienza a retroceder como opción terapéutica frente a otras menos agresivas y más localizadas en cada vez más subgrupos de pacientes. Así se va poniendo de manifiesto en los últimos estudios, y así se ha visto en la última reunión del
San Antonio Breast Cancer Symposium, cuyas conclusiones el grupo
Geicam de Investigación en Cáncer de Mama presenta este juevesa los
oncólogos españoles.
“Podemos dejar de tratar con quimioterapia a algunas pacientes”, ha anunciado
Anna Lluch, coordinadora de la jornada y jefa del
Servicio de Oncología y Hematología del Hospital Clínico de Valencia. No obstante, hay que superar todavía las viejas asunciones de los especialistas: “El concepto de que la quimioterapia es más eficaz que los
tratamientos hormonales sigue en la cabeza de muchos oncólogos, tenemos que intentar ver que no siempre es así”.
Anna Lluch, jefa del Servicio de Oncología y Hematología del Clínico de Valencia.
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En pacientes hormonosensibles, “siempre que podamos retrasar la quimioterapia el máximo tiempo posible en la enfermedad avanzada, va a ser mejor”. Geicam ha presentado un estudio –cuyos datos definitivos se esperan para 2018– que compara
terapia hormonal frente a quimio, y ya hay más de 380 pacientes incluidas.
En HER2 (15 por ciento de las pacientes), en tratamiento
neoadyuvante se han presentado datos sobre la combinación de dos agentes biológicos en un subgrupo determinado que consigue “respuestas completas patológicas”
sin necesidad de quimioterapia. “Aunque sea un grupo pequeño, se van a beneficiar de no recibirla”. “Esto no es el estándar total pero nos da la visión de que podemos dejar de tratar a algunas pacientes con quimioterapia”.
En cuanto a la enfermedad metastásica, las
HER2 positivas con receptores positivos en enfermedad avanzada “se pueden beneficiar de un tratamiento sin quimioterapia de entrada” a través del bloqueo de los receptores HER2 más una hormona “que puede ser fulvestrant, de inicio”, retrasando la aparición de la quimio.
Alteraciones que cambian con la metástasis
Otro de los descubrimientos presentados en la reunión de San Francisco y en el que ha participado Geicam es que la
metástasis puede cambiar las alteraciones genómicas. “No solo es importante conocer las alteraciones al inicio del diagnóstico”, ha recalcado Lluch, que sostiene además que “conocer las alteraciones genómicas de los tumores de todas las pacientes debe de ser un estándar” del tratamiento.
El estudio ‘Converther’, liderado por Geicam con el MD Anderson Cancer Center y que en breve serán publicados sus resultados, ha consistido en la secuenciación de “muestras del tumor inicial y del tumor en metástasis y hemos visto que hay alteraciones mucho más importantes en la fase avanzada. De ahí que
debamos recomendar una biopsia en recaída”.
Marina Pollán, investigadora del Instituto de Salud Carlos III.
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El ejercicio, básico para la prevención
Por otro lado, la miembro de Geicam e investigadora de Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III,
Marina Pollán, ha presentado los resultados de un estudio sobre cómo el ejercicio físico afecta al riesgo de padecer cáncer de mama. El resultado ha sido sorprendente: las mujeres que llevan una vida sedentaria tienen un
71 por ciento más riesgo de desarrollar la enfermedad.
“En estudios anteriores ha habido pocas mujeres premenopáusicas, en éste hay un 50 por ciento”, ha destacado Pollán. Han sido 2.000 las mujeres reclutadas (la mitad de ellas, sin tumor) y 23 centros participantes. La conclusión es clara: 150 minutos de ejercicio moderado (“andar a buen paso”) son suficientes, si bien a más ejercicio menos riesgo.
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