La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) recuerda que la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes con tumores neuroendocrinos se ve mejorada con los nuevos tratamientos disponibles, dentro de su campaña mensual 'En Oncología cada avance se escribe con mayúsculas'.
El mes de diciembre está dedicado a los avances más importantes en tumores neuroendocrinos, un tipo de tumores poco frecuentes pero cuya incidencia está aumentando por un mejor diagnóstico, estimándose en unos 7-8 casos por 100.000 habitantes al año. Aproximadamente dos tercios son de origen gastrointestinal o pancreático y dentro de éstos la localización más frecuente es el intestino delgado.
Constituyen un grupo heterogéneo de tumores de diferente pronóstico. La localización del tumor primario, la extensión de la enfermedad, el índice de proliferación, así como el grado de diferenciación representan los principales factores pronósticos. En la mayoría de los casos son de curso clínico indolente, sin embargo, a medida que la enfermedad progresa, los pacientes desarrollan síntomas asociados al crecimiento local del tumor, metástasis a distancia o secreción hormonal.
El tratamiento integral de estos tumores representa el paradigma del enfoque multidisciplinario en Oncología. La cirugía sigue siendo la única alternativa curativa en la enfermedad localizada y una opción en pacientes con metástasis hepáticas limitadas. La gran heterogeneidad de estos tumores ha hecho que hasta ahora dispusiéramos de pocos ensayos clínicos de calidad que permitan establecer protocolos estandarizados, sobre todo en el ámbito de la enfermedad metastásica irresecable.
"Esta heterogeneidad ha impedido en muchas ocasiones el disponer de evidencia suficiente en cada tipo específico de estos tumores por lo que solíamos extrapolar lo encontrado en unos subgrupos al resto de la población", afirma la sociedad médica.
La quimioterapia, discutida
El tratamiento del carcinoma neuroendocrino grado 3 metastásico se basa en el uso de quimioterapia con esquemas basados en platino-etopósido. Sin embargo, el uso de la quimioterapia en aquellos tumores de grado 1 y 2 está más discutida, principalmente en los tumores no pancreáticos donde se suele reservar a casos donde otras alternativas disponibles no han funcionado.
Los análogos de la somatostatina, octreotide y lanreotide en sus formulaciones de liberación retardada, se han convertido en los tratamientos más frecuentemente empleados para el abordaje inicial de los tumores neuroendocrinos de grado 1 y 2 independientemente del origen.
Mientras que a la progresión de los análogos de la somatostatina, contamos con la evidencia proporcionada por el estudio ‘Radiant-3’ y el ‘SUN-1111’ para el empleo tanto de everolimus como de sunitinib respectivamente en aquellos tumores de origen pancreático de grado 1 y 2. No disponemos de estudios que comparen la eficacia de una opción frente a la otra, pero quizás lo más importante y beneficioso para los pacientes sea la secuenciación de ambas estrategias independientemente del orden en que lo hagamos.
En el caso de los tumores de origen intestinal y pulmonar, el fármaco mejor posicionado a día de hoy tras la progresión a los análogos de la somatostatina, merced a los datos del estudio ‘Radiant-4’, parece ser everolimus, mostrando una clara mejora en la supervivencia libre de progresión y una tendencia a una mejoría en la supervivencia global, eso sí, frente a placebo.
Recientemente se han sumado dos nuevas alternativas al tratamiento y al manejo de estos pacientes. La primera, y sin duda más importante ya que se espera que cambie el paradigma de cómo se perciben a estos tumores, es la entrada de los radionúclidos. Mientras que la segunda nueva alternativa disponible, recientemente aprobada, es telotristat etil, que es un inhibidor de la síntesis de serotonina que se encuentra directamente implicada en la etiología del síndrome carcinoide.
El Grupo Español de Tumores Neuroendocrinos y Endocrinos (Getne) se encuentra a la vanguardia en lo que se refiere a investigación en este tipo de tumores liderando estudios con nuevos antiangiogénicos, inmunoterápicos, combinaciones de quimioterapia o estrategias de secuenciación. "Sin duda, vamos a seguir contando nuevos avances en estos tumores en los próximos años", concluyen.
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