La dieta mediterránea “puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama hasta en un 30 por ciento y también disminuir la frecuencia de otras enfermedades crónicas, como los problemas cardiovasculares o la diabetes”.
Eva Carrasco, directora científica del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam), ha detallado los resultados del estudio ‘EpiGeicam’ en una jornada organizada conjuntamente con la Universidad Europea de Madrid.
Este trabajo, coordinado por Marina Pollán y realizado por Geicam en colaboración con el Instituto de Salud Carlos III, añade más evidencia a favor de fomentar una dieta rica en verduras, fruta, aceite de oliva, pescado y legumbres para prevenir la aparición de tumores.
“El sobrepeso, el abandono de una dieta saludable, el sedentarismo, la renuncia a la maternidad y el retraso del primer embarazo son factores de riesgo de cáncer de mama que condicionan el aumento de su incidencia”, ha explicado Carrasco, “que actualmente se cifra en 26.000 nuevos casos al año”.
No solo la dieta sirve como prevención del cáncer. Soraya Casla, coordinadora de Programas de Ejercicio de Oncología de Geicam, ha recordado que hay estudios clínicos que han demostrado que el ejercicio físico realizado de manera regular reduce el riesgo de tumores de mama. Dichos estudios demuestran que también “aumenta la supervivencia de las mujeres que ya lo han desarrollado, modulando la recurrencia y la progresión tumoral”.
Asimismo, Eva Carrasco ha añadido que “el ejercicio podría potencialmente aumentar los efectos de la medicación sin aumentar la toxicidad, sin dañar el organismo y protegiendo el corazón y su desgaste, el cual sufre numerosos daños debido a la toxicidad de los tratamientos”.
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