Investigadores de la
Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos) han abierto una posible vía para nuevas
terapias contra el cáncer que no tienen los efectos secundarios de muchos de los tratamientos actuales, al identificar una modificación proteica que apoya específicamente la proliferación y supervivencia de las
células tumorales.
Dependiendo del tipo de cáncer y del tipo de tratamiento, un paciente puede sufrir de muchos efectos secundarios, incluyendo anemia, pérdida de apetito, sangrado, moretones, estreñimiento, delirio, diarrea, fatiga,
pérdida de cabello, náuseas, problemas sexuales o problemas de vejiga.
El descubrimiento se ha producido mientras estudiaban la neurofibromatosis de tipo 2
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"El sello distintivo del comportamiento de las células tumorales es su crecimiento incontrolado. Las células tumorales necesitan constantemente
producir energía y bloques de construcción para replicarse", explica Maca Franco, líder del estudio, que se ha publicado en la revista 'Journal of Biological Chemistry'.
Estos investigadores han descubierto la eficacia de esta modificación de proteínas mientras estudiaban la
neurofibromatosis tipo 2. La afección, comúnmente conocida como NF2, se caracteriza por el desarrollo de tumores del sistema nervioso llamados schwannomas.
Los investigadores tamibén han demostrado las células de schwannoma producen un agente oxidante y nitrificante, el
peroxinitrito, que modifica un aminoácido, la tirosina, en las proteínas. Cuando la tirosina se nitrata en proteínas específicas, un efecto es la
reprogramación del metabolismo de las células tumorales, permitiéndoles proliferar.
La clave: las proteinas
"Para mantener el crecimiento persistente, las células tumorales cambian la forma en que producen energía y bloques de construcción y presentan un fenotipo metabólico característico que difiere del de las células normales. Descubrimos que el peroxinitrito, el oxidante más poderoso producido por las células, controla los cambios metabólicos que ocurren en las células tumorales del sistema nervioso y
apoya su crecimiento. Creemos que hay proteínas específicas que cuando se nitratan adquieren una nueva función que antes no tenían, y esta nueva función puede controlar el
crecimiento del tumor", argumentan los investigadores.
Según apuntan, esto abre la "emocionante" posibilidad de dirigir la producción de peroxinitritos exclusivamente a las células tumorales como una nueva estrategia terapéutica para el tratamiento de los
tumores del sistema nervioso, con efectos secundarios mínimos o nulos en los tejidos normales.
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