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El Vall d'Hebron detecta un biomarcador para tratar el cáncer colorrectal

Este subtipo de tumor es poco frecuente y tiene un pronóstico muy desfavorable

Rodrigo Toledo y Elena Élez.

27 sep 2022. 11.55H
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Investigadores del Vall d'Hebron identifican un biomarcador de respuesta al tratamiento para el cáncer colorrectal metastásico BRAF-V600E. El trabajo llevado a cabo por investigadores del Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO), que forma parte del Campus Vall d'Hebron, ha descubierto mutaciones en un gen que podría ayudar a seleccionar aquellos pacientes que responden mejor a las terapias anti-BRAF/EGFR en el cáncer colorrectal metastásico con microsatélites estables (MSS). Los resultados de su investigación acaban de ser publicados en la revista Nature Medicine.

En concreto, el trabajo realizado ha servido para descubrir que las mutaciones en el gen RNF43, que se encuentran comúnmente en el cáncer colorrectal, predicen qué pacientes de cáncer colorrectal metastásico MSS con mutación BRAF600E serán los que logren tanto una mejor tasa de respuesta a la terapia anti-BRAF/EGFR como un mayor tiempo libre de progresión de la enfermedad y la supervivencia general.

"Este estudio ha permitido identificar un biomarcador genómico que, sumado a la mutación de BRAFV600E, permite identificar con mayor precisión aquellos pacientes que más se pueden beneficiar a la terapia dirigida. Esto abre la puerta a incorporar este biomarcador a estudios clínicos en marcha para identificar mejor la secuencia terapéutica más adecuada y que se pueda priorizar estos tratamientos en aquellos pacientes con más probabilidades de respuesta", explica Elena Élez, investigadora del Grupo de Tumores Gastrointestinales y Endocrinos del VHIO y oncóloga médica en el Hospital Universitari Vall d'Hebron (HUVH), que se ha encargado de dirigir la parte clínica del estudio.

El reto de hallar un biomarcardor


Las mutaciones BRAFV600E se encuentran en aproximadamente el 10 por ciento de los cánceres colorrectales metastásicos. Aunque es una mutación poco común, está relacionada con un pronóstico negativo. Los pacientes que la presentan son generalmente resistentes a las terapias y desarrollan resistencias a los tratamientos muy rápidamente, y no se habían logrado avances sustanciales en su tratamiento hasta fechas recientes. En 2019, el ensayo Beacon CRC, liderado por Josep Tabernero, jefe del Servicio de Oncología Médica del Vall d'Hebron y director del VHIO, demostró que la terapia dirigida incluyendo inhibidores de BRAF (encorafenib) y EGFR (cetuximab) resultaba efectiva para lograr una supervivencia global significativamente más larga y una tasa de respuesta más alta que la terapia estándar en estos pacientes, con los que la doble combinación pasó a convertirse en un estándar de tratamiento en segunda y tercera línea.

"Sin embargo, aunque esto supuso por primera vez una mejora significativa en el tratamiento de estos pacientes, en la práctica seguíamos viendo que una parte de ellos no respondían. Esto planteaba la necesidad de descubrir por qué sucedía esto y planteó el reto de hallar biomarcadores que nos ayudasen a identificar cuáles eran precisamente los pacientes respondedores a esta combinación terapéutica", ha comentado Rodrigo Toledo, investigador traslacional del Grupo de Tumores Gastrointestinales y Endocrinos del VHIO y coordinador del módulo de trabajo de biopsia líquida del Centro de Investigación Biomédica en Red Cáncer (Ciberonc).

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