Un estudio realizado conjuntamente por el
IIBB-CSIC (Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona) y el
IMIM-Hospital del Mar ha permitido descubrir un nuevo
biomarcador de
diagnóstico precoz para el
cáncer de páncreas. Una de las investigadoras partícipes del estudio,
Pilar Navarro, ha afirmado en
Redacción Médica que “la principal aportación del estudio realizado es que la proteína que hemos identificado,
AXL, permite hacer el diagnóstico de cáncer de páncreas con mayor
sensibilidad y
especificidad que el que actualmente está probado para esta patología”.
Tal y como asegura la investigadora Navarro, “actualmente existe ya un
marcador para cáncer de páncreas pero que
no es del todo útil como diagnóstico debido a que es poco específico. El marcador que se utiliza ahora está incrementado en otras patologías pancreáticas que pueden generar
confusión con el diagnóstico de cáncer. El que nosotros hemos encontrado, donde hemos analizado no solamente los pacientes de
cáncer de páncreas, sino que también los de
pancreatitis crónica, está tratado de forma elevada en
pacientes con cáncer y no en los que sufren
pancreatitis”.
Pese al éxito del estudio, la investigadora considera que no se ha descubierto la panacea ante este cáncer: “No se puede solamente con este biomarcador diagnosticar un cáncer de páncreas, debido a que debería ir acompañado de otras
pruebas. La ventaja que tiene es que nos muestra una
primera señal de alarma rápida de detectar. Una vez identificada la señal, con técnicas más avanzadas ver si es páncreas o es hígado”.
Hoy en día, Pilar Navarro explica que “prácticamente no hay diagnóstico precoz para el cáncer de páncreas debido a su
agresividad. El 80 por ciento de los pacientes cuando van a la consulta ya están en
estados avanzados. Tener un marcador de este tipo permite detectar hasta un 30 o 40 por ciento de pacientes de forma
precoz el
tumor y actuar antes”.
El próximo paso: Un testado del biomarcador a gran escala
Ahora, el objetivo que se han marcado los investigadores es que los resultados logrados sean
testados a gran escala. “Desde el estudio hemos analizado unas 200 muestras a partir de dos cortes diferentes, del hospital Del Mar y del Hospital Clínic. Para trasladar los resultados a un test de diagnóstico necesitamos escalar a un número de pacientes mucho más elevado; hablamos de
miles en lugar de cientos”, afirma Navarro.
Este hecho permitiría ver con exactitud el efecto de corte del biomarcador en una operación mucho más amplía de estudio, en que los resultados podrían dar mayor solidez al trabajo ya realizado por parte del IIBB-CSIC y del IMIM-Hospital del Mar. La investigadora confirma que “queremos llevar este estudio de pequeña a escala a una más superior, con múltiples centros y mayor número de pacientes. Una vez logremos un valor establecido, el siguiente paso sería conseguir su
regulación sanitaria, y por ahora ya nos han contactado desde el Ministerio de Sanidad”.
Para poder validar el estudio, la investigadora del IIBB-CSIC y del IMIM-Hospital del Mar valora contactar “con
hospitales y
equipos de
España y otros
países que tengan muestras retrospectivas recogidas a través de ensayos, logrando resultados de forma rápida”.
El estudio, vital para algunos colectivos propensos a sufrir el cáncer
El
Ministerio de Sanidad ha sido el principal colaborador que ha permitido llevar adelante este estudio: “Mi grupo lleva más de 20 años trabajando en el cáncer de páncreas y hemos ido recibiendo financiación del Ministerio a través del
Instituto de Salud Carlos III. Hemos tenido financiación pública y para este estudio en concreto no ha habido ayudas por parte de empresas privadas”, afirma la investigadora del IIBB-CSIC y del IMIM-Hospital del Mar.
El
cáncer de páncreas no tiene una
alta incidencia, pero los resultados del estudio son más que útiles en algunos colectivos en concreto: “Podría servir para
grupos de riesgo como podrían ser los casos de cáncer de páncreas familiar, grupo genético que puede desarrollarlo con más secuencia. Realizar un cribado de esta población y hacer un seguimiento cercano sería muy útil. Otros grupos que sufran patologías como
pancreatitis,
obesidad,
diabetes… podría llegarse a plantear como técnica de cribado”.
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