Un importante estudio internacional sobre la
genética del cáncer de mama ha identificado
352 'errores' del ADN que aumentan el riesgo de que una persona desarrolle la enfermedad. En su trabajo, publicado en la revista
Nature Genetics, los científicos aseguran que estos errores pueden involucrar hasta
191 genes.
Esta investigación proporciona el
mapa más completo hasta la fecha de las variantes genéticas relacionadas con el riesgo de este tipo de tumores. Los investigadores involucrados, de
más de 450 departamentos e instituciones de todo el mundo, avanzan que los hallazgos ayudarán a proporcionar más detalles de cómo las diferencias en el ADN hacen que algunas mujeres tengan
mayor riesgo que otras de desarrollar la enfermedad.
El estudio facilitará crear "un mapa mucho más detallado de cómo surge y se desarrolla el cáncer de mama"
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Las variantes genéticas pueden localizarse dentro de los genes, alterando la proteína. Sin embargo, la mayoría se encuentra fuera de los genes, a veces regulando la función de los genes, subiendo o bajando su 'volumen' o incluso apagándolos.
Encontrar qué gen es el objetivo de estas variantes no es sencillo. La mayoría de las enfermedades son
complejas y poligenéticas, es decir, que ninguna variante genética o gen único causa la enfermedad, sino que la combinación de varios de ellos actúa conjuntamente para aumentar la probabilidad de sufrir una patología determinada. El cáncer de mama es una de estas enfermedades.
En anteriores
estudios de asociación del genoma completo (GWAS, por sus siglas en inglés), que consisten en comparar el ADN de las pacientes con el de personas sanas, se han encontrado alrededor de
150 regiones del genoma que afectan claramente al riesgo de cáncer de mama. Dentro de estas zonas, los investigadores saben que hay uno o más cambios genéticos que afectan el riesgo de desarrollar tumores, pero rara vez son capaces de identificar las variantes o genes específicos involucrados. Los estudios de mapeo, como este, permiten a los científicos
reducir las variantes que contribuyen a la enfermedad, cómo podrían funcionar y predecir cuáles son los genes involucrados.
"Sabemos por estudios anteriores que las variantes de nuestro ADN contribuyen al riesgo de cáncer de mama, pero solo en raras ocasiones los científicos han sido capaces de
identificar exactamente qué genes están implicados. Necesitamos esta información, ya que nos da una mejor pista de lo que está impulsando la enfermedad y, por lo tanto, de cómo podríamos tratarla o incluso prevenirla", explica una de las autoras del trabajo,
Laura Fachal, del Instituto Wellcome Sanger (Reino Unido).
Más de 100.000 pacientes
En este nuevo estudio, investigadores de cientos de instituciones de todo el mundo colaboraron para comparar el ADN de
110.000 pacientes de cáncer de mama con el de unas
90.000 personas sanas. Al observar con mucho más detalle de lo que era posible anteriormente, identificaron
352 variantes de riesgo. Aún no está claro exactamente cuántos genes son el objetivo, pero
los investigadores han identificado 191 genes con una confianza razonable;
menos de uno de cada cinco de ellos había sido reconocido previamente.
Esta investigación permitirá dar a las mujeres una imagen mucho más clara de su riesgo genético
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"Este increíble conjunto de genes relacionados con el cáncer de mama recién descubiertos nos proporciona muchos más genes en los que trabajar, la mayoría de los cuales no han sido estudiados antes. Nos ayudará a construir un mapa mucho más detallado de cómo surge y se desarrolla el cáncer de mama. Pero el mero número de genes que se sabe que juegan un papel enfatiza lo compleja que es la enfermedad", comenta Alison Dunning, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido).
De las variantes genéticas recién descubiertas, un tercio predispone a las mujeres a desarrollar
cáncer de mama sensible a las hormonas, el tipo de enfermedad que se encuentra en cuatro de cada cinco pacientes, y que responde a
tratamientos hormonales como el tamoxifeno. El 15 por ciento de las variantes genéticas predisponen al tipo más raro, el cáncer de mama de
receptor de estrógeno negativo. Las variantes genéticas restantes juegan un papel en ambos tipos.
Expresión de los genes
En la mayoría de los casos, el cambio genético afectó a la expresión de los genes (en otras palabras, a la actividad de un gen concreto y a la cantidad de una proteína concreta que creó), en lugar de alterar el tipo de proteína en sí. Por ejemplo, nueve variantes diferentes regulan el mismo gen, el gen del receptor de estrógeno (ESR1). Muchas otras variantes afectan a lugares del ADN donde la proteína del receptor de estrógeno se une y, a su vez, regula otros genes.
Aunque cada variante genética
solo aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama en
una cantidad muy pequeña, los investigadores dicen que sumados les permitirá '
afinar' las pruebas genéticas y dar a las mujeres una imagen mucho más clara de su riesgo genético. Esto permitirá entonces a los médicos y clínicos proporcionar consejos sobre la mejor estrategia para reducir su riesgo y prevenir la aparición de la enfermedad.
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