El
entrenador oncológico es "una figura en auge con gran potencial", así lo describen desde la
Sociedad de Oncología Médica (SEOM). Estos profesionales, que cuentan con formación específica y de calidad, son "importantes en el tratamiento global del cáncer" y deben estar a disposición para que los pacientes pueden recurrir a ellos. Sin embargo, el acceso a
ejercicio supervisado no es igual para todos por lo que
Oncología detecta falta de "equidad" y señala el riesgo de que solo un sector de la población pueda disponer de ello.
"La evidencia científica del beneficio del
ejercicio físico en personas
con cáncer ya está clara y es bien conocida", señala
Miguel Ángel Seguí, coordinador de SEOM de
Ejercicio y Cáncer, en declaraciones a
Redacción Médica. "Es habitual que el
oncólogo recomiende, de hecho prescriba, el ejercicio a muchos de sus pacientes". Sin embargo, esta actividad debe ser específica para cada uno, en función de su complejidad. "En algunos casos será en el hospital, pero, probablemente, en la mayoría de casos tendrá que ser un
recurso extra-hospitalario, con mayor o menor grado de supervisión", apunta.
"Si no conseguimos organizar estos circuitos de ejercicio personalizado en la Sanidad Pública, solo un segmento de la población con alto nivel económico lo tendrá al alcance"
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La figura del
entrenador oncológico se presenta precisamente en este ámbito alejado del centro, y el problema, según esta sociedad, radica en "cómo conseguir llevar a cabo esa prescripción". "Se tendría que entender como la puesta en práctica de ese
programa personalizado de ejercicio", pero no es algo que se realice en todos los ámbitos del Sistema Nacional de Salud.
"Si no conseguimos organizar estos circuitos en la
Sanidad Pública, sin duda aparecerá esa falta de equidad en el
acceso al ejercicio oncológico" y esta actividad, tan beneficiosa para los pacientes, estará al alcance "solo de un segmento de la población con un
alto nivel económico", explica Seguí antes de añadir: "Es el riesgo que corremos en estos momentos".
Beneficios de la actividad física personalizada en Oncología
La
SEOM destaca en declaraciones a este periódico los numerosos beneficios que aporta la actividad física personalizada, que
pautan estos entrenadores, en un paciente que tiene o ha tenido un cáncer. "Ayuda a que el
tratamiento antineoplásico sea más llevadero y a facilitar la recuperación. Un programa de ejercicio adecuado a las características de cada persona y de su enfermedad puede ser de gran ayuda en la
recuperación tras esta ya que permite obtener de nuevo masa muscular, aumenta la autoestima y la calidad de vida y facilita la vuelta a la normalidad", afirma.
El abordaje del cáncer requiere "
equipos multidisciplinarios donde intervengan los médicos prescriptores, médicos rehabilitadores, fisioterapeutas y profesionales del ejercicio físico", explica. "En muchos casos, mantener una
vida activa y una
alimentación correcta son factores que pueden minimizar algunos efectos secundarios de los tratamientos. Los
beneficios del ejercicio oncológico en este apartado ya se conocen desde hace bastante tiempo y no nos cansamos de recomendarlo".
Además, destacan que tras superar la enfermedad estos hábitos también son una ayuda. "Mantener una
vida activa, con ejercicio físico supervisado y buenos
hábitos alimentarios es importante para las personas que han padecido un cáncer. Mejorará su calidad de vida, su salud en general y en varios tipos de tumores
puede ayudar a evitar que la enfermedad recurra".
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