La adaptación de la Medicina a los avances tecnológicos conlleva también un necesario proceso de
‘desaprendizaje’, afirma
Eduardo Díaz-Rubio. “Como decía el escritor y sociólogo Alvin Toffler, los analfabetos del siglo XXI serán aquellos que no saben desaprender”, destaca el presidente de la
Real Academia Nacional de Medicina de España (Ranme), que extrapola esta reflexión al tratamiento del cáncer colorrectal y la eficacia de la quimioterapia en este tipo de pacientes.
Durante su intervención en la última
sesión científica ordinaria celebrada en la sede de la Ranme, Díaz-Rubio ha expuesto los resultados de un reciente estudio encabezado por investigadores australianos (
Circulating Tumor DNA Analysis guiding adjuvant therapy in stage II colon Cancer) que administraron a un grupo aleatorizado de pacientes de cáncer colorrectal en estadio 2 un tratamiento guiado en función de su ctDNA (ADN tumoral circulante). De forma simultánea, otros pacientes siguieron “la práctica estándar”.
Las conclusiones del estudio, ha incidido el presidente de la Ranme, son reveladores: “No hay que dar quimioterapia en pacientes con ctDNA negativo, porque genera la misma supervivencia y produce toxicidad”, ha apuntado. Asimismo, la investigación concluyó que la aplicación de este tratamiento guiado durante el estadio 2
“reduce del 28 al 15 por ciento” el número de pacientes que reciben quimioterapia”. “El programa
Medicare de EEUU ofrece actualmente esa posibilidad”, ha detallado Díaz-Rubio.
En este sentido, ha destacado que en pacientes de cáncer colorrectal en estadios 2 y 3 “la decisión de administrar
quimioterapia adyuvante debe estar basada en una serie de parámetros que van más allá de los clínicos clásicos”. “Es muy importante individualizar, aunque parezca que dos casos son exactamente iguales”, ha concluido.
Supervivencia del cáncer colorrectal
El académico de la Ranme ha incidido en que, cuando se trata de una
enfermedad localizada, para el cáncer de colon “el procedimiento por excelencia es el de la cirugía”, que ofrece una supervivencia superior al 85 por ciento.
Pero en el estadio 2 “la situación cambia”, entre otros factores, por el tamaño del tumor. En este caso, la posibilidad de supervivencia es de entre el 60 y el 80 por ciento, tasa que cae hasta el 30 y el 60 por ciento en el
estadio 3 con ganglios positivos.
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