El director del Instituto de Medicina Preventiva (IMP), Javier Sanz, ha revelado que, hoy día, un 75 por ciento de la farmacogenómica se enfoca en el tratamiento del cáncer; un 20 por ciento, en enfermedades cardiovasculares, y el cinco por ciento restante en diversas especialidades médicas como
la Psiquiatria, la Neurología o la Medicina Interna.
Según ha precisado, “sabemos que, cada 1.000 pares de bases del ADN [ácido desoxiribonucleico],
se produce un polimorfismo y esa diferencia explica que cada persona tenga un metabolismo diferente frente a la misma dosis y cantidad de un fármaco dado”.
Como ejemplo de enfermedad cardiovascular a la que se aplica estos conocimientos, Sanz ha citado
el gen CYP2C19, localizado en el brazo de un cromosoma, que interacciona con un
antiagregante plaquetario, el clopidogrel: “Si el paciente es un metabolizador lento y, además, ese gen lo tiene alterado, la eficacia del medicamento será nula con mucha probabilidad”.
Pues bien:
un 25 por ciento de las personas que toman este medicamento, según calculan los expertos, no recibe el efecto esperado precisamente por este mecanismo biomolecular.
En suma, según Sanz, el futuro pasa por añadir el estudio genético para hacer un diagnóstico personal del paciente gracias al
big data en el campo de la Biología Molecular.
Descoordinación del ‘big data’ en las CCAA
De hecho, Sanz ha dado a conocer esta información durante el foro de Sanitas
Big Data y Medicina de Precisión, que se ha celebrado en Madrid este jueves y ha aglutinado a cientos de especialistas interesados en la materia.
En este contexto,
Jaime del Barrio, Senior Advisor de Health Care & Life Sciences, Ernst & Young, ha advertido de la descoordinación, en materia de
big data, que tiene lugar en España entre las distintas administraciones autonómicas, y que ralentiza el desarrollo de la Medicina de precisión o personalizada a pesar de los avances cosechados en este ámbito.
Jaime del Barrio, Senior Advisor de Health Care & Life Sciences, Ernst & Young, durante su intervención.
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Según ha especificado, prueba de la falta de colaboración entre ellas reside en el hecho de que
más de cuatro millones de pacientes reciban cada año atención médica en una comunidad autónoma diferente a la que les pertenece.
Desde su punto de vista, esa realidad refleja la incapacidad española para coordinar el volumen de datos, por ejemplo el procedente de las historias clínicas, al que hoy se tiene acceso gracias a la tecnología y el
big data.
El impulso internacional a la Medicina de precisión
Asimismo, ha definido la Medicina personalizada como el
diseño del tratamiento del paciente a partir del conocimiento de sus datos biomoleculares, y ha remarcado que, en 2016, ya es posible hacerse una secuencia del genoma completo por apenas 1.000 euros en algunos países.
“Poner en valor datos genómicos, estilos de vida e información del medio ambiente para modificar estados de salud y de enfermedad”, eso es, en su opinión,
la Medicina de precisión.
“A pesar de que existe el término en la literatura médica desde 2008, en 2015
el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anuncia un plan para financiar esa clase de Medicina, y ha citado también la Iniciativa para la Medicina de Precisión liderada por Collins”, ha ilustrado.
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