El
carcinoma hepatocelular se trata del tipo de
cáncer de hígado más frecuente y supone el
90 por ciento de los
casos diagnosticados. El
30 por ciento de los pacientes que sufre este tipo de patología responden a
inmunoterapia en combinación con
inhibidores de VEGF, pero se desconocen las
características tumorales que identifiquen qué personas
responderán.
Ahora, un estudio coordinado por el Catedrático de Medicina-Oncología Hepática de la
Universitat de Barcelona (UB),
Josep M. Llovet; la investigadora del Servicio de Anatomía Patológica y Core de Biología Molecular del
Clínic,
Carla Montironi; y los investigadores del mismo grupo de
Idibaps,
Roser Pinyol,
Manel Solé,
Laura Torrens,
Florian Castet y
Agavni Mesropian, ha permitido realizar una
clasificación que permite conocer si este tumor
responderá al tratamiento con terapias dirigidas como la
inmunoterapia. El trabajo, publicado la revista
Gut, también describe la
detección de dos biomarcadores que, a través de un análisis genómico o de biopsia líquida, permiten
saber si el tumor pertenece a la nueva clase, catalogada como inflamatoria (I
nflamed Class).
En una investigación realizada con anterioridad, el mismo equipo de investigadores llegó a delimitar a nivel molecular las células del
sistema inmune que infiltran el tumor (Células T CD8 activadas) para determinar si el tratamiento con
distintos tipos de inmunoterapia puede ser válido para tratar la
patología.
En el estudio actual se ha logrado
redefinir y
ampliar la
clase inflamatoria, que incluye el 35 por ciento de los pacientes, y se amplían y refinan los criterios para definir tumores inflamados que son los potenciales respondedores al tratamiento con inmunoterapia. El estudio integra datos de diferentes
tipos de secuenciación (exoma-ADN, secuenciación RNA y de receptores de células T), además de
análisis histopatológico,
inmunohistoquímico y de
inmunofluorescencia de
240 pacientes con carcinoma hepatocelular (HCC).
Monitorización y seguimiento de los pacientes con cáncer
Por otra parte, los investigadores han llegado a llegado a definir
dos biomarcadores, una
firma genética de biopsia de
tejido y una de
biopsia líquida, que caracterizan a esta clase. Por un lado, los investigadores han diseñado un biomarcador de
20 genes del tejido tumoral que es capaz de capturar a la clase inflamada de HCC. Por otra parte, han recapitulado de forma fiable esta clase con
13 proteínas identificadas mediante una biopsia líquida. Esta situación ha permitido la posible
monitorización de la respuesta y el seguimiento de los pacientes que sufren este tipo de patología.
“Un 35 por ciento de los tumores hepáticos tienen un
tumor inflamado que podemos detectar por
biopsia líquida o de
tejido. Estos biomarcadores serán útiles para la
predicción de respuesta a inmunoterapia y el seguimiento de los pacientes”, explica Josep M. Llovet.
Además, en esta publicación se han caracterizado los perfiles no inflamados de HCC identificando diferentes mecanismos de
evasión inmune, que permiten que las células tumorales
escapen del control del sistema inmunitario. Por otra parte, se ha descifrado el rol de una vía de señalización celular, la de la beta-catenina, activada a través de la mutación generada en el gen CTNNB1, vital en la resistencia del carcinoma hepatocelular a la inmunoterapia.
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