El
alcohol está asociado a un
mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama, especialmente el que se consume durante
la adolescencia, según un subanálisis del estudio epidemiológico EpiGeicam, llevado a cabo por investigadores del Instituto de Salud Carlos III del Ciberesp, de la Universidad Autónoma de Madrid y el grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama, financiado por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Estos resultados han sido publicados en la revista
British Journal of Cancer.
“EpiGeicam es
uno de los mayores estudios epidemiológicos en cáncer de mama realizados en España y nos aporta claves cruciales para entender la relación entre el estilo de vida y el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Este estudio es un buen ejemplo del valor de la colaboración multinstitucional y multidisciplinar en la generación de conocimiento relevante como resultado de la investigación en salud”, afirma
Miguel Martín, presidente de Geicam. “
Existía evidencia de que el alcohol se asocia con el cáncer de mama, aunque no tanta sobre su efecto en las diferentes fases de la vida, y aquí precisamente está la novedad de este estudio, que analiza la trayectoria del consumo de alcohol a lo largo de toda la vida, con una metodología que
permite combinar la información de las pacientes en su adolescencia, juventud y madurez”, explica
Marina Pollán, directora del Ciberesp y del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (CNE-ISCIII), co-coordinadora del Grupo de Trabajo de GEICAM de Tratamientos Preventivos, Epidemiología y Cáncer Heredofamiliar y miembro de la Junta Directiva de Geicam.
El objetivo de este nuevo análisis del estudio EpiGeicam, que ha contado con
la participación de investigadores de 23 hospitales de 9 comunidades autónomas, fue comparar la influencia del consumo de alcohol a lo largo de las distintas etapas de la vida de dos cohortes de mujeres. De las 2.034 participantes en el estudio (la mitad de ellas aproximadamente sin cáncer de mama, cohorte de controles),
el 77,6 por ciento había consumido alcohol a lo largo de su vida en diferente grado.
Se identificaron
cuatro trayectorias de consumo de alcohol: la primera (45 por ciento), compuesta por
mujeres con bajo consumo de alcohol (menos de 5 g/día) a lo largo de su vida; la segunda (33 por ciento), por
aquellas que gradualmente pasaron de un consumo bajo de alcohol en la adolescencia a un consumo moderado en la edad adulta (entre 5 y 15 g/día); en el tercer grupo (16 por cento) pasaron de
un consumo moderado en la adolescencia a un menor consumo en la edad adulta y, en el cuarto grupo (6%), de un
consumo moderado en la adolescencia al mayor consumo en la edad adulta (más de 15 g/día).
En adolescentes, el consumo de alcohol duplica el riesgo
Los resultados de esta investigación revelan que, a mayor consumo de alcohol acumulado a lo largo de la vida, mayor riesgo de cáncer de mama, especialmente
en mujeres posmenopáusicas, algo que ya se conocía pero que es interesante constatar en un contexto como el nuestro. Además, de los datos se desprende que “en las mujeres con un consumo de alcohol moderado en la adolescencia y con un mayor consumo en la edad adulta,
se duplica el riesgo de cáncer de mama en comparación con aquellas mujeres con bajo consumo de alcohol a lo largo de su vida”, señala la doctora Pollán. La asociación entre el consumo de alcohol y el riesgo de desarrollar un cáncer de mama, sobre todo el consumo durante la adolescencia, “tiene una explicación biológica porque ese es el periodo de tiempo en el que se está desarrollando la glándula mamaria”, detalla esta experta.
El siguiente grupo identificado con mayor riesgo fue el integrado por las mujeres que pasaron de un consumo moderado en la adolescencia a un menor consumo en la edad adulta, mientras que la tercera posición la ocupan las mujeres que pasaron de tener un consumo de alcohol bajo en la adolescencia a un consumo moderado en la edad adulta.
Los resultados revelan, asimismo, que el riesgo de cáncer de mama relacionado con el alcohol fue mayor en las mujeres posmenopáusicas, especialmente en aquellas con un peso corporal bajo o en el rango normal. “Este hecho podría explicarse en parte
por el efecto que tiene el alcohol sobre el aumento de los niveles de estrógenos (hormonas sexuales femeninas), que podría ser más importante en mujeres posmenopáusicas, en las que el ovario deja de funcionar, e incluso más destacado en aquellas con menor cantidad de grasa corporal, ya que el tejido graso es la principal fuente de estrógenos tras la menopausia”, señala la doctora Carolina Donat, del Departamento de Medicina Preventiva de la Universidad Autónoma de Madrid, primera firmante del artículo e investigadora del Ciberesp.
En cuanto a la asociación entre las diferentes trayectorias de consumo de alcohol y el riesgo de presentar un subtipo específico de cáncer de mama, solo se observaron
diferencias significativas para el subtipo luminal (presente en el 70,3 por ciento de los casos). “Esto se explica porque los subtipos de cáncer de mama con expresión de receptores hormonales en las células tumorales, además de ser los más frecuentes, son los que más se relacionan con los factores que conducen a un aumento de los niveles de hormonas circulantes”, expresa la directora del CNE-ISCIII.
"Con los resultados de este nuevo análisis del estudio EpiGeicam concluimos que habría que impulsar
políticas de salud que contribuyan a sensibilizar a la sociedad en general, y especialmente a los adolescentes, sobre la relación entre el consumo de alcohol en esta etapa de la vida y el aumento del riesgo de desarrollar un cáncer de mama a lo largo de toda su vida”, concluye la doctora Pollán.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.