Los investigadores de la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan) consideran
poco probable que exista una correlación entre el uso de los
teléfonos móviles y los
tumores encefálicos malignos, pero no descarta la posibilidad de que “existiera una correlación débil o se necesitara un periodo de latencia más prolongado” en los estudios para llegar a una conclusión firme.
Así lo ha explicado la Revista Española de Salud Pública (RESP) en su síntesis del informe '
Tendencias de la incidencia de los cánceres del encéfalo en España entre 1985 y 2015 y su posible relación con el uso de teléfonos móviles'.
En el estudio han analizado especialmente el encéfalo, globalmente y por subtipos topográficos y morfológicos. A partir de las tendencias observadas, el
objetivo ha sido determinar si era posible hipotetizar sobre la influencia de la mejora de los métodos de diagnóstico y el aumento en el uso de teléfonos móviles en la evolución de estas tendencias.
Factores que influyen en el diagnóstico
Los resultados han manifestado que en los
hombres adultos, las
tasas de incidencia de tumores malignos del SNC en general y del encéfalo en particular se mantuvieron estables, mientras que en las
mujeres aumentaron alrededor de un 2 por ciento de forma anual hasta 1999 y posteriormente se mantuvieron estables hasta 2015.
Consideran que este aumento puede deberse a las
mejoras diagnósticas que se implementaron durante esos años y los anteriores, como la aparición del TAC y especialmente la resonancia magnética, lo que permitió mejorar de forma significativa la discriminación de los tipos y subtipos de los tumores encefálicos
Además, indican que los
incrementos de la incidencia de los cánceres de algunas localizaciones (frontal y temporal) y de algunos tipos histológicos específicos (gliomas), parecen explicarse, al menos en gran parte, por la
disminución de los cánceres con localización y/o tipo histológico inespecífico, fenómeno concordante con una mejor precisión diagnóstica basada sobre todo en el progreso de las técnicas de imagen.
En cuanto a los
tumores infantiles, no han encontrado una tendencia “estadísticamente significativa” en ninguno de los tipos estudiados. Solo destacan “un incremento de las tasas de los gliomas y tumores embrionarios desde 1985 hasta 1991, probablemente como consecuencia también de las
mejoras diagnósticas producidas en estos años”.
Limitaciones en la investigación
La
tendencia ascendente de la incidencia de los tumores de encéfalo en los años 80 y su posterior
estabilización, no apoyan la hipótesis de una posible
correlación entre el uso de teléfonos móviles y los tumores encefálicos malignos, explican.
A pesar de esto, añaden que esta investigación “tiene algunas
limitaciones”, como el bajo nivel nacional de los registros de cáncer; la representatividad a lo largo del tiempo (con un número inferior de registros en los primeros años); no haber podido incluir en el estudio los tumores benignos y los de comportamiento incierto y la dudosa calidad de los métodos de registro de cáncer en los años 80 y 90.
Por eso indican que aunque este tipo de estudio “no puede validar la existencia de esta asociación”, es importante
continuar con la investigación futura “analizando las tendencias de estos tumores encefálicos globalmente y según tipo histológico y ubicación anatómica, con la finalidad de detectar un posible aumento de la incidencia que pudiera hacer sospechar su relación con posibles factores ambientales, incluyendo entre ellos el mayor uso de la telefonía móvil a lo largo de las últimas décadas”.
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