Dos estudios dirigidos por el Baylor College of Medicine, del Centro Médico de Texas, en Estados Unidos, han arrojado una nueva luz sobre la cuestión sin respuesta de por qué el
cáncer de mama con receptores de estrógeno positivos (RE+) a veces vuelve a crecer en el hueso y se extiende a otros tejidos a pesar de las eficaces
terapias endocrinas dirigidas al RE.
El equipo ha descubierto que el
microambiente óseo que rodea a las células de cáncer de mama ER+ reduce la expresión de ER en estas células, lo que conduce a la resistencia a la terapia endocrina dirigida a ER. Además, el microambiente óseo desencadenó una reprogramación de las células cancerosas que fomentó su capacidad de metástasis o propagación a otros tejidos.
"La
metástasis a otros órganos es la principal causa de las muertes relacionadas con el cáncer, y mi laboratorio ha estado interesado en este fenómeno durante muchos años”, ha explicado Xiang H.-F. Zhang, autor del estudio y profesor de biología molecular y celular en Baylor, quien además ha explicado que “el cáncer de mama hace metástasis principalmente en el hueso sin embargo sigue siendo un misterio por qué, en más de dos tercios de los casos, las metástasis no se limitan al hueso, sino que se producen posteriormente en otros órganos y acaban causando la muerte".
En estos dos trabajos, publicados en la revista
Developmental Cell, Zhang y su equipo han aplicado una se
rie de modelos y técnicas que habían desarrollado previamente para investigar las interacciones entre el cáncer y el hueso a una resolución unicelular para ver qué les ocurre a las células de cáncer de mama ER+ cuando hacen metástasis en el hueso.
Querían averiguar qué podía contribuir a su
resistencia al tratamiento endocrino y potenciar la metástasis a otros órganos.
"Sorprendentemente, descubrimos que cuando las células de cáncer de mama ER+ se localizan en el hueso, reducen su expresión de ER, lo que las hace menos susceptibles a las terapias endocrinas dirigidas al ER”, ha resaltado Igor Bado, coautor y becario postdoctoral en el laboratorio de Zhang. “Determinamos que las células osteogénicas, las que fabrican hueso nuevo, promovieron este cambio en las células cancerosas tanto por la liberación de factores como por la interacción física directa con las células", ha agregado Bado.
Cáncer de próstata
Los investigadores también demostraron que el microambiente óseo puede
potenciar otros tipos de cáncer, como el de próstata. "Esto es algo que otras personas no habían observado antes”, ha apuntado Zhang. “Pudimos descubrirlo gracias a nuestro modelo único en el que podemos confinar las células cancerosas en el hueso para empezar, lo que nos permite seguir la diseminación posterior", ha explicado.
"En conjunto, estos estudios revelaron un papel no apreciado del microambiente óseo en el
progreso de la metástasis y dilucidaron un proceso de reprogramación que impulsa las metástasis multiorgánicas en fase terminal y que proporciona una nueva visión del enigma clínico de las recurrencias metastásicas ER+ a pesar de las terapias endocrinas", ha concluido Xiang Zhang.
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