Algunos tumores vinculados al cáncer de mama podrían servir para detener el crecimiento de nódulos secundarios en otras partes del cuerpo. Así lo ha demostrado un estudio internacional publicado en la revista Nature Cell Biology.
Los expertos y responsables del estudio han explicado que la diseminación del cáncer más allá del tumor original, conocida como metástasis, es el aspecto más mortal de la mayoría de los cánceres. Una vez que el tumor en el seno se ha diseminado a otras partes del cuerpo, los tratamientos son mucho menos efectivos y el pronóstico de un paciente empeora bruscamente.
Por eso reconocen que su objetivo es "determinar cómo podemos imitar este 'congelamiento' de cánceres secundarios, para que un día podamos influir en todos los cánceres de mama para mantener sus tumores secundarios bajo control", explica la doctora Christine Chaffer, del Garvan Institute of Medical Research.
La influencia del primer tumor
Los investigadores, que también han hecho pruebas en ratones, han descubierto que los tumores primarios de mama pueden influir en las 'células disociadas' que han dejado para establecer nuevos quistes en todo el cuerpo. El tumor primario, explican, envía su mensaje a través del sistema inmune con una respuesta inflamatoria. Las células inmunes se diseminan a través del cuerpo, localizando los sitios donde las 'disidentes' se han asentado para el lanzamiento de nuevos tumores. Una vez que las células inmunitarias localizan las células que se separan, pueden 'congelarlas', deteniendo el aumento de los nódulos.
"Cuando estas células se están estableciendo, antes de que hayan desarrollado un nuevo tumor, son particularmente vulnerables, porque están en un estado intermedio y su identidad no es muy sólida. Es en este punto cuando sistema inmune puede intervenir", explica Chaffer.
Por su parte, Sandra McAllister, del Hospital Brigham and Women's y Harvard Medical School y codirectora de la investigación, añade que "cuando las células 'disidentes' se ven obligadas a permanecer en el estado de transición, no crecen muy bien, y su capacidad para formar un nuevo tumor está gravemente comprometida señala".
Posible tratamiento en el futuro
El equipo de profesionales que han trabajado en el estudio encontró que, en un grupo de 215 pacientes con cáncer de mama con alto riesgo de desarrollar metástasis, los pacientes con altos niveles del mismo tipo de respuesta inmune tenían una mejor supervivencia general en comparación con aquellos con niveles bajos.
"Cuando tienes un tumor primario, hay un número incalculable de células que viajarán por todo el cuerpo, pero no todas formarán quistes. Según algunas estimaciones, menos del 0,02 por ciento de esas células formarán tumores secundarios, por lo que tenemos una oportunidad real de reducir este número a cero", asegura Chaffer.
Los investigadores confían en poder utilizar la nueva información para encontrar formas de suprimir la propagación del cáncer en todos los tumores de mama.
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