El tutor
MIR de
Oncología necesita dedicar un mínimo de “en torno a las 5 horas por residente y mes”, según Joaquim Bosch, Referente Clínico en
Cáncer de Pulmón del
Instituto Catalán de Oncología y coordinador de la Sección +MIR de la Sociedad Española de Oncología Médica (
SEOM), cuyo nuevo comité ejecutivo acaba de celebrar su primera reunión.
La protección de este tiempo mínimo por cada residente es una de las medidas que Bosch propone para incentivar la figura del tutor en el
SNS. “Al mismo tiempo, ejercer la función de
tutor de residentes debería ser considerado un mérito para la
carrera profesional”, continúa, señalando la falta de reconocimiento desde la Administración de esta figura a pesar de que la plantilla médica “considera que la labor del tutor es muy relevante en la formación de los residentes”.
La SEOM
presentó el año pasado un estudio, elaborado conjuntamente con la
Comisión Nacional de Oncología Médica, que evidenciaba que “la mayoría de las comunidades autónomas no han desarrollado la figura del tutor en su ámbito, lo que dificulta su reconocimiento y disponer de los medios adecuados para su labor”.
Solo siete comunidades han desarrollado la figura del tutor
Esto no es algo exclusivo de la formación MIR en Oncología, advierte, por lo que “habrá que buscar el apoyo de todas las especialidades para
implicar al legislador de cada autonomía en el desarrollo de la norma”. Bosch explica que sólo siete comunidades (Aragón, Canarias, Castilla y León, Cataluña, Extremadura, La Rioja y País Vasco) tienen normativas propias que desarrollan la figura del tutor y que hay mucha diversidad en los criterios de designación de tutores, acreditación y reacreditación.
"Sólo el 23% de los tutores disponen de un itinerario formativo específico en su institución"
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Además, recuerda que el 80 por ciento de los tutores encuestados en el estudio reconocieron que
no habían recibido formación previa sobre las funciones a desarrollar como tutor de residentes, y que “sólo el 23 por ciento disponían en su institución de programa o itinerario formativo específico para tutores”.
“También hay una carencia en la formación específica en metodología docente y de evaluación, algo que por ejemplo intentamos paliar con nuestra
Jornada de Tutores”. Precisamente la organización de la próxima jornada (que tendrá lugar a finales de año) fue uno de los puntos de la primera reunión de la Sección +MIR con Bosch como coordinador. También se trataron otras actividades como el concurso de casos clínicos de residentes o el banco de imágenes, así como la Plataforma de Evaluación +MIR, que ayuda a la evaluación de los residentes de Oncología Médica.
A pesar de todas las dificultades, “hay que reconocer la gran labor que realizan los tutores y que
es el motivo de por qué el sistema sigue funcionando a pesar de carencias”, afirma el oncólogo. “Nuestra obligación es seguir trabajando para mejorar, y eso pasa por poner sobre la mesa medidas que permitan que la figura del tutor sea reconocida y pueda disponer del tiempo necesario para realizar su función”. Por eso, vuelve a hacer un llamamiento al resto de especialidades “para alcanzar una masa crítica de cara a obtener resultados ante la administración, es algo que nos afecta a todos”, concluye.
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