Investigadores del
Hospital Clínic - Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (
Idibaps) han demostrado en un
ensayo que una
terapia que usa células de la sangre del paciente "es
segura y
no presenta efectos adversos" en el tratamiento de pacientes con
esclerosis múltiple (EM) y
neuromielitis óptica (NMO), en los que restaura el sistema inmunitario.
El estudio, publicado en
Proceedings of the National Academy of Sciences (
PNAS), ha contado con la colaboración de otros
cuatro centros españoles, y usa
células dendríticas tolerogénicas modificadas para inhibir la respuesta inflamatoria característica de estas enfermedades.
"Los resultados de este
estudio de fase 1 demuestran que el
tratamiento es
seguro en las
dosis probadas, y hemos comprobado su
efecto en el
sistema inmune, lo que permite continuar con los ensayos clínicos", ha explicado el investigador
Pablo Villoslada, que ha coordinado un ensayo que se inició a finales de 2015 con 12 pacientes -ocho con EM y cuatro con NMO-.
Como este primer estudio ha obtenido
resultados positivos a nivel de
seguridad y
eficacia, se plantea
proseguir los ensayos con un
nuevo estudio en fase 2 que determine la eficacia clínica en el control de la EM para evitar el aumento de la discapacidad.
Ha impulsado el ensayo la Fundación Grupo de Afectados de Esclerosis Múltiple (
GAEM) y
La Caixa, y ha sido coordinado por
Pablo Villoslada, jefe del grupo Idibaps Esclerosis Múltiple Patogénesis y Nuevas Terapias, y
Daniel Benítez, médico del Servicio de Inmunología del Clínic-Idibaps.
Aplicarse en más enfermedades autoinmunes y reumatológicas
Se trata del primer ensayo clínico que ha incluido a pacientes de NMO, considerada una
enfermedad rara -
afecta a 5-10 personas de cada 100.000-, y ha demostrado que esta terapia es capaz de activar una parte del sistema inmune que es responsable de
terminar la inflamación, lo que permitiría detener el daño que estas enfermedades causan en el cerebro.
Los investigadores señalan que la aplicación de este tipo de terapia no solo supone un
gran avance para estas
dos enfermedades neurológicas, sino que se espera que pueda aplicarse en otras
enfermedades autoinmunes y
reumatológicas, como las encefalitis autoinmunes, la artritis reumatoide o la psoriasis.
Se trata del primer ensayo clínico que ha incluido a pacientes de NMO
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Esta terapia celular tiene como objetivo
modular las defensas del paciente de
forma específica y
selectiva para
frenar la inflamación que causan estas dos enfermedades, sin alterar el resto de las defensas.
El
tratamiento consiste en
aislar y
madurar en el laboratorio
un tipo de glóbulos blancos de la
sangre, las células dendríticas, para que supriman la inflamación, en vez de promoverla, y como son células del propio paciente no sufren rechazo y pueden realizar su función tras ser inyectadas.
En el mismo estudio se ha llevado a cabo un
análisis de marcadores inmunológicos asociados a las dos enfermedades, que ha mostrado que las células dendríticas "están orientadas a inhibir la respuesta inflamatoria, que es el objetivo de la terapia", ha explicado el investigador Daniel Benítez.
"Hemos observado que el tratamiento induce la
producción de glóbulos blancos reguladores (llamados
Tr1), que podrían
restaurar la tolerancia inmune natural. Aún falta por determinar si los cambios observados en la respuesta inmunitaria de los pacientes tratados produce una mejoría de la evolución clínica", ha señalado.
Enfermedades inflamatorias
La esclerosis múltiple es una enfermedad del sistema nervioso
crónica e
inflamatoria que destruye la sustancia protectora de las fibras nerviosas, la mielina; supone la
segunda causa de
discapacidad neurológica en
adultos jóvenes (20-40 años), y afecta más a las mujeres que a los hombres.
La inflamación que se produce durante los
brotes de la enfermedad provoca
episodios transitorios de pérdida de fuerza,
sensibilidad o
visión, y con el tiempo se convierte en una
enfermedad degenerativa, con un aumento progresivo de las secuelas.
Los
síntomas y la
evolución varían de una persona a otra: "En la actualidad, no existen terapias para curar de forma definitiva esta enfermedad, y los tratamientos existentes, que tienen numerosos
efectos secundarios, solo son
eficaces parcialmente, y más en las
fases iniciales", ha señalado Villoslada.
La
neuromielitis óptica afecta al sistema nervioso, también de origen inflamatorio, se caracteriza por brotes que pueden causar ceguera o provocar paraplejia, y tiene una incidencia menor que la esclerosis múltiple, pero es más grave porque produce mayores secuelas.
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