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Una razón más para evitar la contaminación: favorece el déficit de atención

Es la conclusión de un estudio del ISGlobal publicado en la revista Epidemiology

Los investigadores plantearon un estudio de seguimiento en 2.700 niños.

01 feb 2017. 12.00H
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POR REDACCIÓN
Un estudio publicado en la revista Epidemiology muestra que los niveles diarios de dos de los contaminantes asociados al tráfico (dióxido de nitrógeno –NO2– y carbono elemental), producen cambios en la función de atención en niños.

Se trata de la conclusión de un equipo de investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) que ha demostrado que, con independencia de los efectos que la contaminación atmosférica produce en el desarrollo neurológico a largo plazo, demostrado en un estudio anterior, también existen consecuencias a corto plazo.

Para la realización de la investigación, los científicos visitaron cuatro centros escolares para evaluar cuatro dominios diferentes de los procesos de atención. Los investigadores plantearon un estudio de seguimiento en 2.700 niños de casi 300 aulas en 39 colegios de la ciudad de Barcelona.

Los resultados obtenidos se cruzaron con los niveles diarios de NO2 tanto en el exterior como en el interior de las aulas. El resultado es que el incremento de los niveles ambientales está asociado a la disminución de todos los procesos de los niños en las aulas.

Es decir, los días en que los niños estaban expuestos a mayores niveles de comunicación se pudo demostrar un retraso de más de un mes en el desarrollo de la velocidad de respuesta asociada a la edad de los alumnos.

La influencia del tráfico en las respuestas

Según Jordi Sunyer, investigador de ISGlobal y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Pompeu Fabra (UPF), “la respuesta de los niños y niñas fue más lenta y menos consistente en los días con niveles más altos de contaminación atmosférica relacionada con el tráfico en el ambiente”.

Sunyer ha señalado que se desconoce el impacto que esta conclusión puede tener en los procesos de aprendizaje. Sin embargo, añade que “estamos ante una evidencia más sobre la necesidad de evitar la contaminación atmosférica en el entorno de los centros escolares”.

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