Un estudio publicado en la revista
Cancer Discovery ha concluido que la
beta amiloide, una proteína conocida por acumularse en el
cerebro de los pacientes con
enfermedad de Alzheimer, también ayuda a las células del
cáncer de piel a prosperar cuando se extienden al cerebro.
Los investigadores han descubierto que, en el
melanoma, la forma más mortal de cáncer de piel, las
células cancerosas que se han extendido al cerebro dependen de la
beta amiloide para sobrevivir allí. Los autores del estudio se han centrado en el melanoma porque se hace metástasis al cerebro en el 40 por ciento de los pacientes con enfermedad avanzada.
El estudio ha revelado que las células de
melanoma metastásico recuperadas de cerebros humanos y cultivadas en tejidos producen aproximadamente
tres veces más beta amiloide que las
células cancerosas que se han extendido a otras partes del cuerpo.
El equipo de investigación también ha conocido que la beta amiloide segregada por las células cancerosas frena las respuestas inmunitarias que, de otro modo, reconocen las
células cancerosas como anormales y las
atacarían, del mismo modo que atacan a las bacterias invasoras.
El efecto producido por la beta amiloide
Los investigadores creen que la beta amiloide hace que las células inmunitarias del cerebro pasen a un modo que se observa cuando las
infecciones desaparecen y los tejidos empiezan a sanar, lo que permite a las células cancerosas eludir su detección. Además, el equipo ha demostrado que un tratamiento conocido por reducir drásticamente los niveles de beta amiloide, el
inhibidor de la beta secretasa LY2886721, logró disminuir el tamaño de las metástasis del melanoma cerebral
a la mitad aproximadamente en los
ratones del estudio.
"Nuestro estudio revela un
papel inesperado de la
beta amiloide secretada por el tumor en la promoción de la supervivencia de las metástasis cerebrales del melanoma, y sugiere una nueva forma de contrarrestarla", afirma la autora principal del estudio, la especialista
Eva Hernando, profesora del Departamento de Patología y decana adjunta de Integración de la Investigación, en NYU Langone Health.
El descubrimiento de una conexión entre el
cáncer cerebral y las
enfermedades neurodegenerativas ha sido posible, dicen los autores, gracias a nuevas técnicas que permiten al equipo de investigación diferenciar las proteínas producidas por las células cancerosas de las producidas en las células cerebrales circundantes.
A partir de estos datos, los investigadores plantearon la
hipótesis de que las células cancerosas producen beta amiloide en el cerebro para favorecer su supervivencia. Para probar esta idea, observaron el efecto de
silenciar el gen que codifica la proteína precursora del amiloide (APP), una proteína que es procesada por las enzimas secretasas (beta y gamma) hasta convertirse en beta amiloide, en células de melanoma inyectadas en el corazón de ratones de estudio.
La posible influencia la beta amiloide y la microglía
Por último, el estudio ha descubierto que la beta amiloide liberada por las células del melanoma cambia la
expresión genética de los astrocitos, células cerebrales que nutren a las células cerebrales portadoras de mensajes (neuronas), de modo que los astrocitos emiten proteínas que frenan la respuesta inmunitaria al cáncer. También se sabe que los astrocitos intercambian señales con la microglía, un tipo de célula inmunitaria del cerebro.
Los investigadores han demostrado además que la beta amiloide liberada por las células del melanoma
impide que sean destruidas por la microglía. Según los autores, es posible que la beta amiloide liberada por las células del melanoma influya en la microglía, tanto a través de los astrocitos como directamente, para evitar que se "trague" y destruya las células del melanoma.
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