"Las personas que tienen un mayor riesgo de padecer una enfermedad neurodegenerativa, como por ejemplo el alzhéimer, son aquellas que no tienen una vida intelectualmente muy activa o quienes no tienen una interacción social importante, ya que eso facilita el deterioro cognitivo". Son palabras del vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN), Pablo Irimia, a Redacción Médica en relación a un reciente estudio de la Asociación Internacional de Alzheimer.
Según la investigación, los solteros tienen un 42 por ciento más de probabilidades de sufrir este tipo de demencia en el futuro. Para el especialista, estos datos hablan de aquellas personas que "se aíslan socialmente y no se cuidan de manera adecuada. Esto a veces ocurre en las quienes viven solos, que no tienen el estímulo de alguien a su lado que le facilite llevar a cabo hábitos saludables. Este hecho puede desembocar, desde el punto de vista de la salud, en que su vida sea algo más precaria, con lo que deriva en enfermedades cardiovasculares o neurodegenerativas. En conclusión, no depende tanto de su estatus, sino de la situación personal".
En ese sentido, el miembro de la SEH quiere destacar que este tipo de cuestiones hay que "tomarlas siempre con precaución, porque es posible que no dependa de si está soltero o casado, sino de las circunstancias que rodean a la persona. De hecho, hay solteros que tienen una vida social muy activa y con mucho ocio, con lo que no entrarían en ese rango de población de riesgo pese a no tener pareja".
Es fundamental mantenerse activos socialmente, una costumbre que puede ser más complicada para los singles. "Cuando se hacen mayores pierden cierto grado de relaciones sociales, con lo que aumentan las probabilidades de desarrollar pérdidas de memoria en comparación con aquellas que están casadas o tienen hijos. También es posible que una persona soltera durante muchos años mantenga una vida muy activa, pero al jubilarse y perder las relaciones laborales, tienen menos opciones de interaccionar con la gente".
"Cuidar el cerebro"
Más allá de estar o no comprometido, Pablo Irimia considera imprescindible llevar a cabo una serie de pautas durante toda la vida para evitar patología neurodegenerativas: "Cuidar el cerebro es como cuidar la salud. Lo fundamental es tener hábitos saludables, por lo que hay que controlar los riesgos cerebrovasculares (hipertensión, colesterol, azúcar...), evitar el tabaquismo, no consumir tóxicos, llevar una vida lo más activa posible y, por último, retar a nuestro cerebro constantemente, como por ejemplo con pasatiempos, lectura o incluso ocio que suponga alguna interacción social continua y con novedades".
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