Hasta la fecha, la Policía científica y los médicos forenses recurren a pruebas de ADN para identificar las características biológicas de una persona. Ahora, otro recurso aparece en el horizonte para deducir datos identificativos del paciente como su edad o grado de envejecimiento.
Por el momento solo es un paso para llegar a ello, pero lo cierto es que investigadores del Reino Unido han examinado muestras de cerebro post mortem de 480 individuos con edades comprendidas entre 16 y 106 años, y han descubierto que el estado de la Glía de una persona resulta tan consistente con el paso de los años que sirve para predecir su edad.
El trabajo establece, además, las bases para entender mejor el papel de la Glía en las enfermedades cerebrales tardías.
“Caracterizamos ampliamente los cambios en la expresión génica alterados por el envejecimiento en diez regiones del cerebro humano y encontramos que, de hecho, las células gliales experimentan cambios más grandes que las neuronas”, ha subrayado el autor del estudio, Jernej Ule, neurobiólogo del Francis Crick Institute y del University College de Londres, ambos en Reino Unido.
En efecto, un hallazgo importante del estudio repara en que ciertos patrones de expresión génica glial predicen la edad en la población general. Aunque esto sólo puede hacerse post mortem y ciertas personas no encajan en estos patrones, sí proporciona a los científicos otra herramienta para entender cómo el envejecimiento en el cerebro se relaciona con las causas de los trastornos relacionados con la edad.
El objetivo final consiste en ver si las mutaciones genéticas u otras variables afectan a la expresión génica en formas que generan enfermedades.
Los autores del trabajo han demostrado que los astrocitos y los oligodendrocitos (distintos tipos de células de la Glía) cambian sus patrones regionales de expresión génica durante el envejecimiento (y regulan así qué genes se activan o desactivan) en el hipocampo y la sustancia negra (regiones importantes del cerebro para la memoria y el movimiento, respectivamente), mientras que la expresión de genes específicos de la microglía aumenta en todas las regiones del cerebro.
Los oligodendrocitos disminuyen con la edad
“Hemos visto desaparecer los oligodendrocitos, pero con las neuronas no hemos visto cambios dramáticos en el número de células, a excepción de una disminución en las neuronas más grandes. Esto resulta interesante porque las neuronas más grandes están generalmente conectadas a las enfermedades neurodegenerativas”, ha señalado Ule.
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