El
Día Mundial contra el Parkinson amanece con una excelente noticia. Un ensayo
multicéntrico internacional, en el que ha participado el
Hospital Vall d’Hebrón, demuestra que una terapia basada en
levodopa y administrada por
vía subcutánea en lugar de oral permite disminuir las
fluctuaciones motoras. De esta forma, los pacientes con párkinson consiguen una alternativa a los fármacos orales, que presentan limitaciones, además de ser un método útil antes de considerar opciones más invasivas como la estimulación cerebral. En su conjunto, el paciente acaba logrando una
estimulación más continua que ofrece más autonomía.
Uno de los principales coordinadores del ensayo clínico en el que participaron
243 pacientes con párkinson de más de 100 hospitales alrededor del mundo es
Jorge Hernández-Vara, neurólogo adjunto de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Servicio de Neurología del Vall d’Hebrón. El especialista explica en
Redacción Médica que “a medida que la enfermedad progresa, el
beneficio motor depende mucho de la levodopa. A medida que progresa la enfermedad,
el estado motor de las personas con párkinson entra en
periodos de mejor o peor movilidad, provocando que sea necesario suministrar la medicación con frecuencia”.
El hecho de apostar por
dispositivos subcutáneos permite al paciente, en palabras del neurólogo, “una administración más continuada de la medicación, logrando unos niveles estables y provocando que
no haya grandes variaciones en el estado motor a lo lago del día”. El estudio se ha llevado a cabo entre pacientes que no tenían un buen control de las terapias orales, provocándoles periodos de buena y mala movilidad. Esta situación provocó para Hernández-Vara el inicio del ensayo clínico “para comprobar si
una estrategia diferente con levodopa, que es el tratamiento estándar más estable, lograba mejorar las oscilaciones”.
"Es un abordaje sencillo que no requiere ni de quirófano ni de una intervención"
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El ensayo clínico no solamente ha logrado
grandes resultados a la hora de controlar los síntomas motores en pacientes con párkinson, sino que también se posiciona como
una alternativa real a los pacientes que
no es posible realizarles
una estimulación cerebral. El especialista coincide en que “es una estrategia de las menos invasivas y no todas las personas que tienen estas oscilaciones en su estado motor son tributarias de recibir
estimulación cerebral profunda, ya sea por criterios de edad u otra serie de síntomas”. En caso de que este abordaje tampoco funcionase, el neurólogo confirma que “al tratarse solamente de un pinchazo, si no fuese tolerado se dejaría de pinchar. Es un abordaje sencillo que n
o requiere ni de quirófano ni de una intervención”.
La enfermera de práctica avanzada, vital en el procedimiento
A nivel de seguridad,
el ensayo clínico ha creado buenas expectativas, debido a que “los efectos secundarios más frecuentes son derivados por la aplicación subcutánea. La piel es un órgano vivo que reacciona ante cuerpos extraños. Para ello, es fundamental la labor de la
enfermera de práctica avanzada con conocimiento de la enfermedad para
cuidados de la piel y manejar estas complicaciones”. El especialista asevera que estos efectos secundarios “son bien manejables, por lo que generalmente no suelen ser el motivo para
retirar el tratamiento”.
La
simplificación del esquema terapéutico logrado con este ensayo clínico permite, tal y como afirma Hernández-Vara, “permite que la medicación se pueda ajustar, logrando una estimulación más continua que ofrece
más autonomía al paciente. Los miedos de quedarse sin la medicación durante un periodo de inmovilidad no volverán a ocurrir”.
"La simplificación del esquema terapéutico permite que la medicación se pueda ajustar, logrando una estimulación más continua"
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Pese a que la levodopa forma parte de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud (
SNS), el neurólogo recuerda que “de momento no está indicada para esta indicación, por lo que dependerá de las autoridades sanitarias su aprobación”.
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