Hasta el 30 por ciento de los pacientes que han sufrido un
ictus sigue
ignorando cómo
actuar para evitar un
nuevo episodio cerebrovascular, según una encuesta realizada dentro de la campaña de sensibilización de la asociación
Freno al Ictus. Esta enfermedad, además, se ceba más con las mujeres: es más grave en ellas y supone la primera causa de muerte.
Así lo revelan los resultados de una encuesta desarrollada con la colaboración de
30 unidades de ictus de hospitales españoles y en él han participado
400 personas, de los que 241 eran
pacientes y 149
cuidadores. El objetivo ha sido determinar e
l nivel de conocimiento en la población española sobre el ictus, los factores de riesgo, cuáles son los
síntomas y
signos de alarma, cuál debe ser la actitud ante los mismos y las medidas de prevención.
El proyecto, que cuenta con la colaboración de la Alianza BMS Pfizer, se engloba dentro de una Campaña de sensibilización liderada por Freno al Ictus, con el apoyo institucional del Instituto de la Mujer, el aval científico de la Sociedad Española de Neurología (
SEN), la
Fundación del Cerebro y el apoyo del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN e IBM.
"Importancia capital"
Los resultados de la encuesta han sido presentados por la presidenta de la Asociación de la Prensa,
Victoria Prego, que ha revelado que
ella misma sufrió un ictus. "Este asunto tiene una
importancia capital y se trata de un tema muy importante para las mujeres españolas. La lucha contra el tiempo es capital para
frenar los efectos de un ictus; entre
morir y
quedar dependiente hay una gran diferencia. Existe la necesidad de prevenir a la población sobre este problema e insistir en el hecho de que existen maneras de prevenir la enfermedad", ha expresado.
La coordinadora del Grupo Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (
SEN),
María Alonso de Leciñana, ha destacado las diferencias en los resultados entre hombres y mujeres. "Existen
diferencias en e
l perfil de riesgo,
etiología y
evolución del ictus entre
mujeres y hombres que se deben a las
diferencias biológicas. El ictus es más grave en las mujeres y supone la primera causa de muerte", ha indicado.
"Existen diferencias en el perfil de riesgo, etiología y evolución del ictus entre mujeres y hombres"
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El sondeo, que ha revelado que la mayor parte de los pacientes
no tiene estudios primarios ni tampoco los
cuidadores, refleja que en
España existe un
mal conocimiento sobre el ictus en la población, ya que, incluso después de sufrirlo un 12 por ciento de los encuestados no saben lo que es un ictus. Así, el 62 por ciento de los encuestados informaron tener un
conocimiento bajo o muy bajo de la enfermedad, siendo menor el desconocimiento en las mujeres (60 por ciento) que en los hombres (65 por ciento).
De igual forma, uno de cada 4 encuestados seguían teniendo un conocimiento bajo o muy bajo después de sufrirlo. En general, el grado de reconocimiento del ictus y sus
factores de riesgo es mejor entre las mujeres que entre los hombres, solo un dos por ciento de las mujeres
desconoce los síntomas frente al cuatro por ciento de desconocimiento de los hombres.
Cuando se les preguntó a los encuestados sobre las acciones a seguir ante un ictus, se muestra que solo dos de cada 3 pacientes solicitaría
atención urgente ante un ictus; el 66 por ciento respondió que llamaría a
emergencias, frente al uno por ciento que esperaría a que se pasaran los síntomas.
La hipertensión arterial, el factor de riesgo más conocido
Los factores de riesgo más destacados son la
hipertensión, la
fibrilación auricular, el
sedentarismo y la
diabetes. De estos factores de riesgo, el mejor conocido es la hipertensión arterial que se reconoce como factor de riesgo por un 90 por ciento de los encuestados. Sin embargo otros de gran importancia como la fibrilación auricular no es conocido por dos de cada 3 encuestados (60 por ciento). En este sentido, se observa que las mujeres tienen un mejor conocimiento sobre los factores de riesgo.
Tras el ictus las mujeres tienen peor estado de salud percibida y peor calidad de vida, con más secuelas para realizar sus tareas cotidianas que los hombres. Un 47 por ciento de los encuestados manifestaron sentirse
ansiosos o
deprimidos, y un 48 por ciento experimentaba
dolor o
malestar.
Esto refleja, posiblemente, la
mayor gravedad y
peor evolución de los ictus entre las mujeres que sufren más secuelas tras la enfermedad. Solo el 17 por ciento de las mujeres se han reincorporado a la actividad laboral, y entre las cuidadoras esta cifra asciende a un 38 por ciento.
Respecto a la
calidad de vida, aproximadamente la mitad de los pacientes encuestados no seguían las recomendaciones generales sobre
hábitos de vida saludable (actividad física, dieta, sobrepeso, consumo de tabaco y alcohol) antes del ictus. Aunque los hábitos de vida mejoran tras el ictus, hasta 1 de cada 3 pacientes siguen sin adquirir los hábitos recomendados.
Una enfermedad con poca visibilidad
Por su parte, el presidente de la Asociación Freno al Ictus,
Julio Agredano, ha destacado la poca visibilidad de esta enfermedad. "El ictus es un gran desconocido para la sociedad y tiene muy poco impacto social. Sin embargo, produce tres veces más de
mortalidad que el
cáncer de mama", ha indicado. También ha recordado que se trata de una enfermedad altamente prevenible. "El 90 por ciento de los casos de ictus son prevenibles, dado que tienen que ver con el estilo de vida. Si se sufre un ictus, hay que llamar al
112, antes de llevar al paciente al hospital", ha añadido.
"Muchos de los pacientes qeu lo sufren desarrollan importantes secuelas que les limitan en su vida diaria"
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El secretario general de Sanidad,
Faustino Blanco, ha calificado al ictus como un problema de salud "de primer orden", siendo una de las principales causas de
discapacidad adulta. "Muchos de los pacientes que lo sufren desarrollan importantes secuelas que les limitan en su vida diaria. No solo causa gran sufrimiento a los familiares sino que también supone un importante lastre para la economía", ha valorado.
Así, ha indicado que aproximadamente el 7 por ciento de las muertes se producen a causa de una
enfermedad cerebrovascular, aunque gracias al despliegue asistencial ha habido una disminución de la tasa de mortalidad a la mitad.
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