Uno de los principales retos en el manejo de la epilepsia pasa por conocer la frecuencia de las crisis de los pacientes, ya que en la actualidad la única forma de medir la eficacia del tratamiento es la información que el paciente facilita a su médico sobre el número crisis epilépticas que ha sufrido en un periodo determinado. “Sin embargo, sabemos que aproximadamente el 25 por ciento de las crisis pasan desapercibidas para el propio paciente y para sus familiares. Por este motivo es muy importante que se desarrollen sistemas de detección de crisis, que puedan adaptarse a dispositivos móviles portados por los pacientes”, ha señalado Antonio Gil-Nagel, vicepresidente de la Sociedad Española de Epilepsia (SEEP), en el marco del IV Congreso que está celebrando esta sociedad científica en Madrid.
Los especialistas también insisten en la necesidad de establecer un protocolo de actuación urgente para la atención de las crisis epilépticas por parte de los servicios de emergencias, que garantice la correcta atención de estos casos, ya que no tratar a tiempo una crisis puede suponer secuelas o prolongar el periodo de recuperación.
Por otra parte, Gil-Nagel ha comentado que “resulta fundamental contar con un equipo multidisciplinar formado por neuropsicólogos, neurocirujanos y enfermeras especializadas, entre otros profesionales sanitarios. Además es importante disponer de los equipos técnicos adecuados que garanticen una monitorización óptima del paciente. Todo ello debe reforzarse con formación actualizada e investigación”. En este sentido, José Mª Serratosa, presidente de la SEEP, ha ido más allá: “En estos momentos hay que impulsar la creación de departamentos de mayor tamaño que las unidades, donde trabajen de manera casi exclusiva un número importante neurólogos, neuropediatras, neurocirujanos, neurorradiólogos y neurocientíficos. En España existen muchas Unidades especializadas pero la mayoría se componen de dos o tres especialistas”.
Hasta el 30% de pacientes no responde al tratamiento
Por su parte, Juan José García Peñas, secretario de la SEEP, ha explicado que “aunque actualmente hay 26 fármacos antiepilépticos aprobados, cerca de un 25-30 por ciento de pacientes con epilepsia difícil de tratar no responde a tratamientos en primera línea por lo que resulta fundamental incentivar la investigación de nuevos tratamientos con mecanismos de acción diferentes, así como de otras opciones de tratamiento más allá de las farmacológicas”.
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