El riesgo de
ictus es elevado durante los primeros meses de diagnóstico de
cáncer, fundamentalmente en el cáncer de
pulmón, el de
páncreas y el
gastrointestinal, según ha asegurado
Jaime Gallego, del Servicio de
Neurología de la Clínica Universidad de Navarra (Pamplona), en el marco del II Foro Debate Multidisciplinar en
Trombosis, que tuvo lugar en el Hospital La Paz (Madrid), organizado por la Sociedad Española de Trombosis y
Hemostasia (SETH), la Sociedad Española de Neurología (SEN), la Sociedad Española de
Cardiología (SEC) y la Sociedad Española de
Medicina Interna (SEMI).
En este contexto, se ha destacado que las personas con cáncer presentan un mayor
riesgo cardiovascular, lo que se traduce en una mayor morbimortabilidad trombótica por la enfermedad, los tratamientos y el
envejecimiento. Además, Gallego ha señalado que un alto porcentaje de casos, en los que el ictus es recidivante, fallece por la enfermedad vascular y no por el cáncer.
Consecuencias cardiacas del cáncer
Sin embargo, a pesar del aumento en la supervivencia del cáncer, esta enfermedad conlleva consecuencias cardíacas, como la
hipertensión arterial, que es el principal desencadenante de la
fibrilación auricular; la cardiotoxicidad y el incremento de riesgo cardiovascular, ha afirmado
Teresa López, del Servicio de Cardiología del Hospital La Paz (Madrid).
Andrés Muñoz: "El cisplatino se asocia a un mayor riesgo de tromboembolismo"
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"Este es un asunto que nos preocupa,
especialmente en los pacientes oncológicos infantiles, en los que el aumento del riesgo cardiovascular se adelanta 20 años. Por ello, los cardiólogos nos tenemos que adelantar para prevenir la cardiotoxicidad derivada de los tratamientos y para ello debemos trabajar en equipos multidisciplinares", ha añadido la especialista.
Anticoagulantes orales de acción directa
La fibrilación auricular implica "necesariamente" una terapia anticoagulante, un asunto controvertido por la limitación al acceso a los nuevos anticoagulantes de acción directa a pesar de que constituyen la indicación preferente y de los
beneficios que tienen con respecto a los fármacos clásicos en esta población.
Sin embargo, existe un riesgo trombótico asociado a los fármacos antineoplásicos.
Andrés Muñoz, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Gregorio Marañón (Madrid), ha asegurado que "el cisplatino se asocia a un mayor riesgo, pero los nuevos medicamentos, como algunos antiangiogénicos, inmunoterápicos y la hormonoterapia, también elevan el riesgo de tromboembolismo", sin embargo, en el foro se puso de manifiesto que el organismo de cada paciente reacciona de manera diferente.
Con este foro los pacientes y médicos tuvieron la oportunidad de compartir sus dudas e inquietudes. En este contexto se reconoció también la labor de los médicos de familia, que en numerosas ocasiones realizan el seguimiento de los afectados y son los que mejor conocen sus problemas.
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