A medida que las personas envejecen, no es raro experimentar "
momentos de mayores", en los que se olvidan de dónde estacionan el coche o llaman a sus hijos por los nombres equivocados. Pero, actualmente, no hay buenas maneras de determinar qué
lapsus de memoria son partes
normales del envejecimiento y cuáles pueden indicar las
primeras etapas de un trastorno grave como la enfermedad de
Alzheimer. Ahora, en un estudio publicado en la revista
Neuron, los investigadores informan que se pueden usar los datos de
imágenes cerebrales funcionales de alta resolución para mostrar algunas de las
causas subyacentes de las diferencias en el dominio de la memoria entre los adultos mayores y los más jóvenes.
"En el nivel fundamental, todavía entendemos muy poco sobre cómo el
envejecimiento afecta a los sistemas neuronales que dan lugar a la memoria", explica el primer autor del estudio,
Zachariah Reagh, que ahora es investigador postdoctoral en la Universidad de California, Davis, Estados Unidos.
Tareas de memoria de objetos y de ubicación
El documento informa sobre datos de
20 adultos jóvenes (de 18 a 31 años) y
20 adultos mayores cognitivamente sanos (de 64 a 89 años). A los participantes se les pidió que realizaran
dos tipos de tareas en un
escáner fMRI: una de
memoria de objetos y otra de
memoria de ubicación. Debido a que la fMRI analiza la dinámica del flujo sanguíneo en el cerebro, permite a los científicos determinar
qué partes de sus cerebros utilizan los sujetos en cada tarea.
Los participantes vieron imágenes de
objetos cotidianos y luego se les pidió que los distinguieran de las
imágenes nuevas. "Algunas de las imágenes eran idénticas a las que habían visto antes, otras eran nuevas y otras similares: cambios en el color o el tamaño", explica el autor principal del estudio,
Michael Yassa, director del Centro para la Neurobiología del Aprendizaje y la Memoria en la Universidad de California, Irvine. "Llamamos a estos artículos difíciles los '
señuelos'. Y descubrimos que los adultos mayores luchan con ellos; son mucho más propensos que los adultos más jóvenes a pensar que han visto esos señuelos antes", describe.
La segunda tarea fue muy similar, pero requirió que los sujetos determinaran durante la prueba si los objetos cambiaron su ubicación. Para este tipo de tareas de memoria, a los adultos mayores les fue bastante mejor. "Esto sugiere que no toda la memoria cambia por igual con el envejecimiento -destaca Reagh-. La memoria de objeto es mucho más vulnerable que la memoria espacial, al menos en las primeras etapas".
Establecen un mecanismo cerebral vinculado con déficit de recuerdo de objetos
Otros estudios han demostrado que los
problemas con la memoria espacial y la
navegación se manifiestan a medida que los individuos van por el camino de la enfermedad de Alzheimer. Mediante el escaneo de los cerebros de los sujetos cuando se sometieron a estas pruebas, los investigadores pudieron e
stablecer un mecanismo dentro del cerebro para ese
déficit en la memoria de objetos.
El documento informa sobre datos de 20 adultos jóvenes y 20 mayores
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Los investigadores descubrieron que estaba relacionado con una
pérdida de señalización en la parte del cerebro llamada
corteza anterolateral entorrinal. Esta área ya era conocida por mediar en la comunicación entre el hipocampo, donde la información se codifica por primera vez, y el resto de la neocorteza, que desempeña un papel en el
almacenamiento a largo plazo. También es un área que se sabe que se ve severamente afectada en personas con alzhéimer.
"La pérdida de señal fMRI significa que hay
menos flujo de sangre que llega a la región, pero creemos que la base subyacente de esta pérdida tiene que ver con el hecho de que la
integridad estructural de esa región del cerebro está cambiando -explica Yassa-. Una de las cosas que sabemos sobre la enfermedad de Alzheimer es que esta región del cerebro es una de las primeras en
exhibir una marca distintiva clave de la enfermedad, la
deposición de ovillos neurofibrilares".
No encontraron estas diferntes en la corteza entorrinal posteromedial
En contraste, los científicos
no encontraron
diferencias relacionadas con la edad en otra área
del cerebro conectada a la
memoria, la
corteza entorrinal posteromedial. Demostraron que esta región desempeña un papel en la memoria espacial, que tampoco se vio afectada significativamente en las personas mayores. "Estos hallazgos sugieren que el proceso de envejecimiento cerebral es
selectivo -agrega Yassa-. Nuestros hallazgos no son un
reflejo del envejecimiento cerebral general, sino más bien
cambios neuronales específicos que están relacionados con
problemas específicos en el recuerdo de objetos, pero no en la memoria espacial".
Para determinar si este tipo de escáner de resonancia magnética funcional podría eventualmente utilizarse como una herramienta para el diagnóstico precoz, los investigadores planean expandir su trabajo a una muestra de
150 adultos mayores a los que se les hará un seguimiento a lo largo del tiempo. También realizarán escaneos PET para buscar patología amiloide y tau en sus cerebros a medida que envejecen.
"Esperamos que este estudio exhaustivo de imágenes y pruebas cognitivas nos permita averiguar si los déficits que vimos en el estudio actual son
indicativos de lo que vendrá después en algunos de estos individuos", dice Yassa. "Nuestros resultados, así como resultados similares de otros laboratorios, apuntan a la necesidad de tareas y paradigmas cuidadosamente diseñados que puedan revelar diferentes funciones en áreas clave del cerebro y
distintas vulnerabilidades al proceso de envejecimiento", concluye Reagh.
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