El
ictus es la
segunda causa de muerte en todo el mundo y la primera causa de
discapacidad, y la
Sociedad Española de Neurología (SEN) publica una guía para hacerle frente de la mejor manera posible. La publicación, titulada “
Manual de Cuidados Paliativos en el Paciente con Ictus”, aborda por primera vez las recomendaciones en el ámbito de los cuidados paliativos en el
ictus agudo, con el objetivo de realizar una
estimación y
comunicación del pronóstico, establecer las
metas de cuidado,
detectar y manejar los
síntomas invalidantes, los
cuidados al final de la vida y la mejorar de la
calidad e
investigación.
Dentro de estos
cuidados paliativos anunciados en la guía contrael ictus, se recomienda al especialista incorporar a
su rutina de trabajo los
principios y
prácticas recomendadas por las
guías internacionales al respecto. A partir de aquí, la guía recomienda
promover y
practicar la atención centrada en el
paciente y la
familia, estimar eficazmente el
pronóstico, establecer los objetivos de cuidado, evaluar y manejar eficazmente los síntomas del ictus, estar familiarizado con la adecuación del esfuerzo terapéutico y poseer experiencia en los cuidados al final de la vida.
A la hora de
realizar un buen pronóstico contra el ictus, el documento afirma que es fundamental conocer en profundidad la fisiopatología e historia natural del tipo de ictus concreto que afecta al paciente, incorporando las características propias de cada caso y tratando de obtener la
mayor cantidad de información objetiva sobre la evolución que nos pueden ofrecer los más recientes avances a este respecto. Así pues, se deberá tener en cuenta las características del
ictus isquémico,
hemorrágico y
HSA.
La
empatía y las
técnicas de comunicación resultan decisivas a la hora de establecer los objetivos de cuidado consensuados con el paciente y sus familiares, que deben estar incluidos en todo el proceso a la hora de tomar decisiones. En la guía también aparece un apartado sobre la
eutanasia, y es misión del especialista facilitar al paciente por escrito toda la información sobre su proceso participando activamente en la deliberación, dejando constancia por escrito que así ha sido, sopesando las diferentes alternativas y posibilidades de actuación. En este aspecto, desde la SEN se defiende que el neurólogo responsable de la
asistencia del paciente no sea el responsable de las
evaluaciones relacionadas con la
idoneidad del
procedimiento eutanásico, es decir,
desvincular la asistencia médica del proceso eutanásico.
Tratamientos a pacientes con ictus en el final de la vida
Por lo que respecta a los tratamientos en el final de la vida, la publicación recomienda el uso de “
Vías de atención integradas”, método para implementar y monitorizar las mejores prácticas e incorporar pautas y protocolos aceptados en los entornos de
atención médica. Dentro de estas vías se encuentra la
adecuación del soporte vital (se plantea la retirada gradual en algunos fármacos), el
tratamiento de síntomas terminales graves (el especialista debe anticiparse para preparar, abordar y discutir problemas como la ingesta oral, disnea, infecciones febriles, etc) y la
muerte encefálica y donación de órganos.
Como conclusión, el documento realizado por la SEN afirma que la
asistencia en cuidados paliativos intenta prevenir o aliviar el
sufrimiento del paciente y familiares en todas sus facetas con un objetivo centrado en el paciente. Debido a ello, se busca por parte de la sociedad ofrecer la
mejor atención posible en cada caso aliviando los síntomas y mejorando la calidad de vida tanto al final de la vida.
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