Un tratamiento a base de
exosomas mínimamente invasivo puede influir en la reparación del daño tras un
accidente cerebrovascular grave, según una investigación en cerdos de la Facultad de Ciencias Agrícolas y Ambientales de la Universidad de Georgia (Estados Unidos).
"Fue inesperado ver tal beneficio después de haber tenido un accidente cerebrovascular tan severo"
|
"Fue inesperado ver tal beneficio después de haber tenido un accidente cerebrovascular tan severo. Quizás el descubrimiento más formidable fue que uno podía recuperarse y hacerlo bien después del tratamiento con exosomas", explica
Steven Stice, líder del trabajo, que se ha publicado en la revista
Translational Stroke Research.
Muchos pacientes que sufren un
ictus presentan un
desplazamiento del cerebro más allá de su surco central, el valle entre la parte izquierda y derecha del cerebro. Las
lesiones o los
tumores inducen presión o inflamación en el cerebro, causando que lo que típicamente aparece como una línea recta se desplace.
"Según los resultados del tratamiento con exosomas en los cerdos, no parece que el volumen de la lesión o los efectos de un desplazamiento del surco central del cerebro importen tanto como se podría pensar. Esto sugiere que, incluso en algunos casos extremadamente graves causados por el accidente cerebrovascular, uno se va a recuperar igual de bien", asegura otro de los autores de esta investigación,
Franklin West.
Interrupción de la muerte cerebral
Los datos de la investigación del equipo mostraron que las células cerebrales no tratadas cerca del sitio de la lesión del ictus rápidamente se murieron de hambre por falta de
oxígeno, desencadenando una acción letal de señales de daño a través de la red cerebral y comprometiendo potencialmente millones de células sanas. En menos de 60 segundos, un
ictus isquémico mata 1,9 millones de células cerebrales.
"La tecnología de los exosomas se comunica con las células en peligro y trabaja como un agente antiinflamatorio"
|
Sin embargo, en las áreas cerebrales tratadas con exosomas que fueron tomadas directamente de la cámara frigorífica y administradas por vía intravenosa, esas células pudieron penetrar en el cerebro e interrumpir el proceso de muerte celular.
"Básicamente, durante un accidente cerebrovascular, estos radicales libres realmente destructivos están por todas partes destruyendo cosas. Lo que hace la tecnología de los exosomas es
comunicarse con las células en peligro y trabajar como un agente
antiinflamatorio para interrumpir y detener más daño", concluyen los investigadores.
En este estudio observacional, el equipo analizó imágenes del cerebro tomadas 24 horas después del infarto cerebral. Luego aplicaron puntuaciones de recuperación basados en el andar de los cerdos, la cadencia, la velocidad de la caminata y la longitud de la zancada. Al registrar la relación entre las mediciones cerebrales y los resultados funcionales, las nuevas escalas de evaluación pueden ayudar mejor a los médicos a predecir cómo de
rápido se recuperará una persona en tiempo real.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.