Los
problemas de visión como visión borrosa,
ojos secos, problemas con la percepción de profundidad y problemas para adaptarse a cambios rápidos de luz son mucho más comunes en personas con
enfermedad de Parkinson que en personas sin este trastorno, según
un estudio publicado en línea en Neurology, la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología, que ha comprobado que tales problemas pueden
influir en las actividades diarias de una persona.
"Es especialmente importante para las personas con párkinson tener la
mejor visión posible porque puede ayudar a compensar los
problemas de movimiento causados por la enfermedad y ayudar a reducir el riesgo de caídas", destaca el autor del estudio,
Carlijn D.J.M. Borm, del Centro Médico de la Universidad de Radboud en Nimega (Países Bajos).
"Nuestro estudio encontró que no solo las personas con párkinson tenían
problemas oculares que iban más allá del proceso de envejecimiento, también descubrimos que esos problemas pueden interferir con su vida diaria -continúa-. Sin embargo, la mayoría de los problemas oculares son tratables, por lo que es
importante que las personas con esta enfermedad sean
examinadas y
tratadas si es posible".
Así fue el procedimiento del estudio
En el estudio participaron
848 personas con párkinson que tuvieron síntomas durante un promedio de siete años. Se compararon con 250 personas sin la enfermedad. Ambos grupos tenían una edad promedio de
70 años.
Los problemas oculares interfieren con la vida diaria del 68% de estos pacientes
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Los participantes completaron un
cuestionario sobre
problemas de visión y ojos. Para cada problema descrito, como "tengo una sensación de ardor o una sensación arenosa en mis ojos" y "las líneas que deberían ser rectas parecen estar onduladas o borrosas", se les pidió a los participantes que eligieran entre un rango de cuatro respuestas.
También se preguntó a los participantes si los problemas oculares interfieren con sus actividades diarias, como conducir, trabajar con ordenador caminar o el cuidado personal.
Ocho de cada 10 tenían problemas oculares
Los investigadores encontraron que el 82 por ciento de las personas con párkinson reportaron
uno o más problemas oculares en comparación con el 48 por ciento de las personas sin la enfermedad. La puntuación promedio en el cuestionario fue de 10 puntos para las personas con Parkinson en comparación con dos puntos para las personas sin la enfermedad.
Los investigadores también encontraron que los problemas oculares
interfieren con la vida diaria del 68 por ciento de estos pacientes en comparación con el 35 por ciento de las personas sin la enfermedad.
"Los problemas oculares hacen que sea más difícil para las personas con Parkinson navegar físicamente la vida diaria, por ejemplo, encontramos que la mitad de los participantes del estudio experimentaron problemas con la lectura, y el 33 por ciento tenía problemas oculares que interferían con la conducción de un automóvil", añade Borm.
"Las personas con párkinson que tienen problemas oculares deben ser
derivadas a un especialista para una evaluación adicional -alerta-. Para aquellos que no presentan tales problemas, el uso de un
cuestionario para detectar problemas que de otro modo podrían perderse podría permitir el
reconocimiento, el
tratamiento oportuno y
mejorando la calidad de vida".
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