Actualmente, las
políticas sanitarias apuestan por una disminución de los ingresos de las
personas mayores en
centros sanitarios de larga estancia y por potenciar la
atención domiciliaria. Sin embargo, esta última tendencia se trata de una “
decisión política que no ha sido analizada en la práctica clínica”, tal como asegura un estudio puesto en marcha por Adelaida Zabalegui, subdirectora de Investigación y Docencia del
Hospital Clínic de Barcelona.
A través del modelo
Balance of Care (BoC), un método sistemático y estructurado que pretende dotar de objetividad y eficacia a la decisión de escoger el emplazamiento definitivo de una persona, Zabalegui ha estudiado en qué situaciones es mejor para el paciente de demencia i
ncorporarse a un centro o permanecer en casa.
Como se apunta en la investigación: “El ingreso en un centro de larga estancia debería estar dirigido a la atención de personas con
enfermedades o procesos crónicos y con altos niveles de
dependencia, y que por su
complejidad no pueden ser atendidos correctamente en su domicilio. Estas unidades tienen como objetivo, entre otros, mejorar su calidad de vida, la rehabilitación y el control de los síntomas”.
Los aspectos socioeconómicos, tan importantes como los biológicos
Los principales factores a ser estudiados para tomar la decisión de donde trasladar al paciente son el nivel de
apoyo familiar, el nivel de
dependencia y los
síntomas neuropsiquiátricos de la persona con demencia.
Los investigadores abogan por considerar los problemas sociales del paciente de la misma manera que los biomédicos. “Es importante considerar los aspectos socioeconómicos, familiares y sociales, ya que pueden ser los
más influyentes en la toma de decisiones, frente a la posibilidad de ingreso en un centro de larga estancia o permanecer en el domicilio”.
Los especialistas también aseveran que hay
pocos estudios que evalúen la eficacia de los equipos multidisciplinarios en la transición del cuidado de las personas con demencia, y la mayoría de ellos no han obtenido resultados significativos. En los casos de
demencia avanzada, con altos niveles de dependencia percibida por el cuidador informal, el escenario más eficiente es el centro sociosanitario de larga estancia porque
reduce notablemente los costes en servicios necesarios, cuando se compara con los recursos ofrecidos desde la atención domiciliaria.
Los investigadores aseguran que esta primera aplicación del modelo BoC en la población con demencia en España puede ser la base de evidencia científica que refuerce la toma de decisiones
multidisciplinarias, la
valoración integral sociosanitaria y el
uso eficiente de los
recursos. Esta investigación está enmarcada dentro de un proyecto de investigación europeo en el que participaron profesionales sanitarios del ámbito hospitalario y comunitario.
Consulte aquí el estudio completo.
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