El estrés es uno de los factores desencadenantes que pueden hacer que una mujer sufra un ictus, según la Coordinadora de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital La Paz de Madrid, Almudena Castro. Se trata de una enfermedad prevalente biológicamente en mujeres que se puede evitar siguiendo unos hábitos saludables: "Sin pastillas se pueden prevenir casi todas las enfermedades".
Para ello, la doctora insiste que es fundamental seguir una dieta mediterránea, practicar ejercicio físico, controlar del estrés y evitar el tabaquismo, enemigo íntimo del ictus.
Una opinión que comparte la experta en coaching personal Mónica Esgueva, para quien el estrés crónico es perjudicial: “Las situaciones difíciles no tienen por qué convertirse en estrés. Se debe aceptar lo que ocurre y después tomarse la vida con más distancia ya que no todo lo que ocurre es tan grave".
Por ello, insiste en que el sufrimiento nos diferencia y este es una elección: "Hay que aprender a gestionar el estrés para lograr una estabilidad mental". Mónica Esgueva ha enseñado a un grupo de pacientes anticoaguladas algunas técnicas y ejercicios físicos para gestionar y combatir el estrés en el día a día durante un taller organizado por Boehringer Ingelheim para prevenir el riesgo de ictus en mujeres.
Primera cuasa de muerte
De los casi 130.000 casos nuevos de ictus que se producen anualmente en España, el 20% tienen secuelas graves que pueden ir desde problemas en el habla y el lenguaje, hasta incluso la paralización de parte del cuerpo. Sin un buen tratamiento a tiempo la discapacidad puede ser muy grave. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, los infartos cerebrales son la primera causa de fallecimiento en mujeres con más de 16.000 muertes, más del doble que por cáncer de mama y unas 14 veces más que por accidentes de tráfico. Si se segmenta en discapacidades es la primera causa tanto en hombres como en mujeres en España.
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