Este lunes 24 de abril es el
Día Mundial de la Meningitis, una enfermedad caracterizada por la inflamación de las membranas (
meninges) que recubren el cerebro y la médula espinal y que, si se desarrolla de forma grave, puede provocar la muerte y ocasionar graves complicaciones y secuelas. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (
SEN), cada año se declaran unos
1.000 casos de meningitis en España, de los cuales, un 10 por ciento son muy graves.
“Aunque la gran mayoría de las meningitis están causadas por virus, las provocadas por bacterias y hongos suele ser las más graves”, explica
Marta Guillán, secretaria del Grupo de Estudio de Neurología Critica e Intensivista de la Sociedad Española de Neurología. “En España, los
virus digestivos (enterovirus) y los del
herpes, son los que, con más frecuencia, están detrás de la mayoría de casos de meningitis vírica; mientras que neumococos y meningococos, son las causas más comunes de meningitis bacteriana”.
Aunque
el número de casos de meningitis en España no sea especialmente alto, desde el año 2014 se estaba observando una
tendencia ascendente, principalmente debido a un incremento de los casos de meningitis meningocócica por los serogrupos W e Y. Durante los años de pandemia, debido a las
medidas de protección contra el Covid-19, la incidencia de la meningitis disminuyó drásticamente debido a la meningitis comparte con el Covid-19 las vías de contagio, pero han vuelto a repuntar los casos.
“La gran mayoría de agentes que producen meningitis se trasmiten por vía respiratoria. Por lo tanto, minimizar el
contacto cercano entre personas, utilizar mascarillas, aumentar la higiene de manos, etc., son medidas que también hicieron descender los casos de meningitis. Una vez que nos hemos relajado en las medidas higiénicas adquiridas en la pandemia estamos volviendo a ver cómo crecen los casos de meningitis. En la última temporada epidémica se ha producido un incremento del 10 por ciento en los casos de meningitis bacteriana. Confiamos en que la vacunación sistemática de los niños, y más con la reciente incorporación de la vacuna frente al meningococo B en el calendario vacunal infantil de todas las Comunidades Autónomas mitigará esta tendencia creciente”, señala Guillán.
La vacunación, la mejor arma contra la meningitis
Actualmente, la
mejor prevención contra la meningitis sigue siendo la
vacunación. Por eso, desde la SEN se quiere insistir en la importancia de
seguir las recomendaciones del calendario común de vacunación a lo largo de la vida. Además, la SEN, junto con distintas asociaciones médicas está intentando promover la consecución de un calendario único de vacunaciones en todas comunidades para asegurar la equidad en la prevención de la enfermedad.
“Estimamos que alrededor de
un 20 por ciento de la población puede ser portadora de alguna de las bacterias que provocan las meningitis más graves. Y aunque la gran mayoría de estas personas no desarrollarán la enfermedad, si pueden transmitirla a otras personas más vulnerables y/o predispuestas”, comenta Guillán. “Los grupos de mayor riesgo son los
niños menores de 5 años y los
jóvenes de entre 15 y 24 años y también personas que padezcan alguna enfermedad que comprometa su sistema inmunitario o que vivan en entornos comunitarios o de hacinamiento. En todo caso, cualquier persona sana, y sobre todo si no está vacunada, puede contraer meningitis”.
La meningitis es la
primera causa de muerte por infección en niños y adolescentes, siendo la meningitis meningocócica la que mayor mortalidad provoca. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que un 10 por ciento de las personas que contraen este tipo de meningitis muere y que el 20 por ciento presenta complicaciones graves. Al tratarse de un problema mundial de salud pública, que afecta con mayor intensidad a los países de bajos ingresos, la OMS se ha propuesto tres objetivos: eliminar las epidemias de meningitis bacteriana; reducir el número de casos de meningitis bacteriana prevenible mediante vacunación en un 50 por ciento y las defunciones en un 70 por ciento; y reducir la discapacidad y mejorar la calidad de vida después de una meningitis.
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