Un estudio publicado el pasado lunes 7 de febrero en la revista
Nature Medicine logró ser un paso más que importante dentro de la
Neurología. Gracias a la implantación de electrodos que imitan las señales y circulan a través de la médula espinal, se logró vincular el cerebro con los miembros inferiores, permitiendo que
tres personas parapléjicas lograsen andar de nuevo.
Esta investigación ha sido dirigida por el neurocientífico
Grégoire Courtine, de la
Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza); la neurocirujana
Jocelyne Bloch, del hospital universitario de la misma ciudad. En el estudio llegó a participar el físico e ingeniero de sistemas y computación
Sergio Hernández, de origen colombiano, que ha afirmado en
Redacción Médica las dimensiones que han supuesto los resultados del estudio: “Este avance es muy importante para permitir a estos pacientes recobrar una
cierta autonomía. No solamente está el desarrollo de la tecnología, sino que también toda la
terapia intensa durante estos últimos seis meses con nuestro equipo de fisioterapeutas, sistemas robóticos, de rehabilitación… Se trata, en definitiva, de un paso importante para mostrar los resultados de esta
prueba de concepto”.
Esta prueba de concepto es la que, ahora, todos los integrantes de la investigación buscan desarrollar al máximo. Hernández afirma que “cualquier desarrollo clínico necesita un ensayo clínico para valorar su viabilidad y seguridad. Por ahora van
nueve pacientes tratados y el siguiente paso es ampliar este ensayo con más pacientes, entre
50 y 100. Más adelante buscamos conseguir la autorización de la
FDA (Food and Drug Administration) y la
CE (Comisión Europea) para luego lograr que esta terapia sea
accesible a un público más general. Esto pensamos lograrlo en los próximos cuatro y siete años".
El estudio es un gran avance, pero no una cura
Para poder llevar a cabo este estudio, Courtine y Bloch han contado, tal y como relata Hernández, “con un
equipo multidisciplinario. Han llegado a colaborar cerca de
100 personas en el estudio de todo tipo de especialidades: fisioterapeutas, ingenieros mecánicos robóticos, físicos, neurocientíficos… gracias a ellos hemos logrado este avance significativo”.
A la hora de analizar los resultados del estudio, el investigador ha querido detallar qué funciones realizan los
electrodos implantados en la médula espinal: “Cada función necesita una
activación secuencial de los
músculos. Una vez la secuencia de estimulación de los músculos es encontrada, se consigue alcanzar la movilidad. Por ahora hemos desarrollado la capacidad de
caminar,
montar en una bicicleta o
remar. Nada evita que desarrollemos otras funciones más adelante”.
"Nada evita que desarrollemos otras funciones más adelante"
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Pese a este indudable éxito, Hernández afirma que ni mucho menos se ha encontrado la
solución definitiva para todas aquellas
personas parapléjicas: “
No es una cura, es un gran avance para recuperar la autonomía. Cuando hay una lesión de la medula espinal la comunicación se interrumpe. Cuando la lesión es completa ya no hay ninguna sensación, perdiendo por completo el control motor de las piernas. Nosotros colocamos este implante de 16 electrodos en la parte lumbar de la medula espinal. Mandamos unas simulaciones eléctricas y logramos
reactivar las neuronas que se encuentran allí y controlan los
músculos de las piernas”.
La tecnología y las terapias regerativas, una solución futura
Así pues, el estudio no ha intervenido directamente en la lesión de los pacientes, pese a que el investigador no cierra la puerta de que, en un futuro, se pueda llegar a replantear: “La
lesión misma
no la estamos activando, aunque en un futuro se podría llegar a intervenir allí. Ojalá lleguemos a presenciar la combinación de esta
tecnología con el uso de
terapias regenerativas del sistema nervioso, como podrían ser el uso de células madre y atacar esta lesión”.
"Ojalá lleguemos a presenciar la combinación de esta tecnología con el uso de terapias regenerativas"
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Primeros contactos con el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo
Al ser preguntado acerca de si algún investigador o institución española se había puesto en contacto con ellos tras publicar el estudio, Hernández afirma que “ha habido interacciones con el
Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo”. El neurólogo
Antonio Oliviero forma parte de la institución toledana y afirma en
Redacción Médica haber seguido el proyecto durante estos últimos diez años: “He tenido
conocimiento del proyecto y varios contactos de forma oficial, debido a una
buena relación con los investigadores que han participado en él. En mi hospital hay más personas que tienen relaciones con ellos, por lo que los
contactos son intensos. Hay muy buenas relaciones en general en España con el grupo. Por otra parte, creo que aún es pronto para que se involucre el
Ministerio de Sanidad o el
Instituto de Salud Carlos III,
instituciones que difícilmente se han puesto en contacto con los investigadores".
“Es un ejemplo clásico de buena investigación. Puede parecer que en una semana
se ha descubierto todo y en realidad este proyecto lleva más de
diez años en marcha. Se empezó con ratones, ha ido evolucionando, mejorándose y finalmente se ha llegado a la primera prueba de concepto en humanos. Se ha utilizado una estrategia claramente
neuroprotésica, no se busca la reparación de la médula, sino aprovechar los
circuitos motores y estimularlos con electrodos. Es una tecnología muy compleja, pero tiene facilidad en llegar a los pacientes en un curso de tiempo razonable. La estrategia del grupo de momento es
no ampliar la investigación a otros
centros".
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