La
tecnología ha provocado enormes cambios dentro de la
actuación sanitaria a raíz de la
pandemia por
coronavirus, y uno de los más destacados es la instauración de la
Telemedicina. La
Sociedad Española de Neurología (SEN) no quiere quedarse atrás y acaba de presentar el manual “
Telemedicina en Neurología”, un trabajo que recoge el potencial de los
nuevos sistemas de comunicación en la asistencia a los pacientes.
“Las nuevas tecnologías fueron determinantes durante la
pandemia en muchísimos ámbitos, y en el campo de la Neurología fueron determinantes para poder mantener la
asistencia a nuestros pacientes desde la distancia, en unas circunstancias en que la movilidad estaba tan limitada y en un momento en el que acudir a los hospitales y otros centros sanitarios generaba tanta incertidumbre. La
telemedicina, y con ello la
teleneurología, aunque ya habían empezado a caminar tímidamente décadas atrás, en estos dos últimos años han tenido un
desarrollo exponencial, permitiendo resolver múltiples problemas asistenciales de forma eficaz”, explica
José Miguel Láinez, presidente de
SEN.
Para poder disponer de la máxima información sobre este tema tan actual, Láinez explica que “la Junta Directiva de la SEN consideró importante realizar un
manual nuevo dentro de la Neurología con todo lo aprendido en estos años. Y con este fin creamos el Grupo de Trabajo en Telemedicina y Neurología de la SEN, coordinado por el neurólogo
David Ezpeleta”.
La consulta presencial y la teleconsulta, compatibles
A lo largo de los diversos capítulos que componen el Manual se desarrolla de forma pormenorizada todos los aspectos que conciernen a la
asistencia neurológica a
distancia como, entre otros, modalidades y modelos de telemedicina, seguridad y confidencialidad de los datos, calidad y seguridad asistencial, marco legal que ampara este tipo de actividad o su implementación en la consulta de Neurología,… con detalladas explicaciones sobre cómo evaluar al paciente, sin olvidar la exploración neurológica a distancia.
“La
teleconsulta no va a sustituir a la
consulta presencial tradicional, tan importante en la relación médico-paciente e imprescindible en los procesos neurológicos complejos, pero es una
herramienta complementaria, versátil y de gran utilidad que permite acercar los recursos de salud a los pacientes con limitaciones de acceso, hacer
seguimiento de casos sencillos, contar con la opinión de expertos remotos y otras tantas aplicaciones asistenciales, educativas y preventivas. Por lo tanto, se trata de una forma de ejercicio profesional que debemos implementar e incardinar en nuestros sistemas de atención clínica”, explica Láinez.
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