La reparación del tejido cerebral supone, desde el punto de vista médico, un problema muy complejo de resolver al que se está haciendo frente con la biomedicina. Algo tan sencillo como la fibroína de seda podría marcar un punto de inflexión en este ámbito ya que el uso de biomateriales como esta tela para reparar el daño cerebral está siendo uno de los retos científicos del siglo. En este sentido, se busca que sean altamente compatibles con el tejido nervioso. Ahora, un prometedor estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha encontrado lo que podría plantearse como la respuesta a este desafío médico: el empleo de fibroína de la seda en los implantes cerebrales.
Como explica Daniel González Nieto, investigador del Centro de Tecnología Biomédica (CTB) de la UPM y uno de los autores del estudio: "El ictus es la primera causa de discapacidad en nuestro país y pese a su alta incidencia, hasta ahora no se dispone de terapias efectivas para promover la reparación del tejido cerebral dañado, con millones de personas afectadas cada año en el mundo”.
Entre las estrategias experimentales actuales, un campo prometedor se basa en el implante intracerebral de células madre de diverso origen, como las mesenquimales que pueden ser obtenidas de la médula ósea o del tejido adiposo. Se sabe que estas células liberan factores que estimulan los mecanismos de reparación de nuestro cerebro. Sin embargo, hasta ahora, el problema se encontraba en los biomateriales que debían emplearse en el implante para reducir el rechazo del organismo a este cuerpo externo. Y ahí es donde entra en juego la fibroína.
“La fibroína de la seda es un material inerte, de baja immunogenicidad, que se utiliza desde hace años en diversas aplicaciones biomédicas como por ejemplo las suturas quirúrgicas. También se han realizado ensayos clínicos en implantes mamarios o para reconstruir la membrana timpánica”, destaca Daniel González. “Nuestro trabajo demuestra que este biomaterial, en un formato adecuado para el trasplante intracerebral (hidrogel) puede ser tolerado en el interior del cerebro de los animales”, añade.
El potencial oculto de la seda
Los investigadores del Centro de Tecnología Biomédica de la UPM, inyectaron una disolución de fibroína de seda en el cerebro de ratones, gelificando dentro del tejido. Tras el trasplante, se evaluó a los animales mediante tests de comportamiento y registros electrofisiológicos para examinar la actividad eléctrica cerebral. “El implante produjo una respuesta inflamatoria mínima y los animales no manifestaron déficits cognitivos ni sensorimotores de relevancia”, apunta Laura Fernández García, estudiante de doctorado y primera firmante del trabajo.
El estudio, en el que han participado investigadores del Laboratorio de Biomateriales e Ingeniería Regenerativa y la Unidad de Neurología Experimental del CTB, ha sido recientemente publicado en la revista Acta Biomaterialia. Sus resultados abren un camino prometedor para la utilización de la fibroína de la seda, en estudios que persiguen la neuroprotección y reparación del sistema nervioso central y abren la puerta al examen de la seguridad y tolerancia de otros biomateriales implantados en el tejido cerebral.
“El mensaje principal que podemos extraer de nuestra investigación es que en el cerebro la seda es un biomaterial inocuo, y puede coexistir con la compleja circuitería cerebral”, afirma González.
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