La
explosión de Inteligencia Artifical y el desarrollo de sus herramientas innovadoras como
ChatGPT están a disposición de todos los ciudadanos de forma rápida, económica y sencilla. Las dinámicas que plantea la IA giran en torno a hacer "más sencillo" el día a día de las personas y, a pesar de su reciente implantación, muchos usuarios ya se aprovechan de ella para agilizar tareas que hasta ahora eran más costosas y manuales. Traducir artículos científicos a otros idiomas, crear respuestas automáticas o resumir son trabajos que, con la IA, se consiguen en segundos pero
un abuso de esto que deje de lado el esfuerzo neurológico, hasta ahora natural, ¿puede poner en peligro el pensamiento propio de la sociedad y generar una masa social que, a largo plazo, llegue a
perder su capacidad deductiva?
Redacción Médica ha buscado estas respuestas en la
Sociedad Española de Neurología (SEN).
David Ezpeleta, neurólogo y secretario de la Junta Directiva de la SEN se incorporará a partir del 8 de enero como vicepresidente y responsable del Área de Neurotecnología e
Inteligencia Artificial. El facultativo reconoce que es probable que se pierda esta capacidad cerebral en los seres humanos si se abusa de la IA. "Ya hemos delegado la información en internet y sus buscadores;
estamos perdiendo atención y retentiva por el uso exagerado que hacemos de los móviles y las redes sociales; y el metaverso, si llega a implantarse tal como sus creadores tienen previsto, provocará cambios en la identidad de muchos usuarios. De seguir esta dinámica, si pedimos fascinados a las IA que nos resuman textos, redacten partes de los artículos científicos, respondan automáticamente a los e-mails, traduzcan por nosotros,
estaremos delegando nuestro pensamiento en ellas", asegura.
Sobre los idiomas, Ezpeleta apunta que los
sistemas de traducción conversacional inmediata ya están a punto y "romperán" una de las principales barreras en la comunicación entre personas a nivel universal: la idiomática. Sin embargo, esto privará a las personas de uno de los modos de potenciación cognitiva "más eficaces que existen", como es el aprender otras lenguas. "Creo que
tenemos que adoptar estas soluciones de forma paulatina y sabedores de que la delegación de tareas hasta ahora humanas tiene consecuencias cognitivas, al menos a corto plazo", señala.
En cuanto a la forma en que esto afectará a la evolución del cerebro, el neurólogo recuerda que el ser humano moderno data de hace más de 100.000 años y el potencial de su cerebro se ha desarrollado lentamente gracias al lenguaje, la tecnología y la cultura. "La velocidad exponencial de la tecnología y ahora
la IA está desajustando nuestros cerebros, es contraevolutivo. Si este desajuste puede compensarse de algún modo está por ver", apunta. Mientras tanto, Ezpeleta recuerda que es importante no dejar de lado
preceptos "básicos" como cuidar la alimentación, hacer ejercicio regularmente, hablar "con personas de carne y hueso", leer de forma inmersiva y subrayar en papel, escribir a mano y usar la tecnología "con cabeza y mesura".
"La sociedad ya está delegando parte de sus tareas intelectulales en la Inteligencia Artificial"
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Neurología abordará de lleno la IA
La Sociedad Española de
Neurología dispondrá a partir de enero de 2024 de un Área de Neurotecnología e IA con objetivos fijados en el control y abordaje de esta IA. Desde analizar las soluciones neurotecnológicas y
las IA médicas del ámbito que lleguen al mercado, velar por su correcta adopción disponiendo de
ensayos de calidad sobre su seguridad y eficacia como cualquier producto sanitario y alertar de sus peligros para la sociedad.
Ezpeleta insiste en que
la sociedad en general "apenas era consciente" de la existencia de la IA, sus desarrollos y aplicaciones hasta la irrupción de ChatGPT a finales de noviembre de 2022. "Han pasado muchas cosas en los últimos 13 meses, pero a fecha de hoy seguimos en estado de hype (excitación) con un exceso de hope (expectativa). Creo que la gran mayoría de la gente que usa ChatGPT u otras IA generativas fuera del ámbito profesional lo hace en modo de prueba y desconoce el potencial de estas herramientas. Los CEO de las grandes tecnológicas de la IA hablan de resolver el cambio climático, de curar el cáncer y la enfermedad de Alzheimer, del bien para la humanidad, todo demasiado en grande y humeante. Es momento de estar atentos, separar el grano de la paja y adoptar las soluciones basadas en IA que vayan llegando con sentido común.
Que algo se pueda hacer con IA no es sinónimo de que sea necesario ni bueno", recuerda.
La sociedad delegará parte de sus tareas intelectuales en la IA y, a juicio de Ezpeleta,
"ya se está haciendo". Esto tendrá consecuencias, y la Neurología podrá dar respuestas "cuando haya trabajos al respecto". En este sentido, se dispone de estudios sobre los efectos negativos de las pantallas y las redes sociales en la maduración cerebral de los niños y adolescentes, en la atención, la memoria, la compresión lectora, etc. "Si la IA se usa de forma compulsiva, como sucede con los móviles inteligentes y sus aplicaciones sociales,
la Neurología dará buena cuenta de sus consecuencias", concluye.
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