Una investigación publicada en la prestigiosa revista científica
Nature ha permitido destapar los
orígenes de una enfermedad de la que apenas se conoce información, como es la
esclerosis múltiple. A través de un conjunto de datos de genomas antiguos del
período Mesolítico hasta la
Edad de Bronce, la investigación demostró que el
riesgo genético de esta enfermedad aumentó entre un grupo de pastores, conocidos como los
Yamnaya, que abandonaron la estepa póntica para dirigirse al norte del
Mar Negro, lo que actualmente se conoce como el
noroeste de Europa. Este éxodo provocó que se establecieran distintas
variantes genéticas que hoy en día sigan ejerciendo un importante impacto, siendo además las responsables del gran riesgo que existe entre los
países escandinavos de sufrir la enfermedad.
Los científicos tuvieron en cuenta a la hora de realizar este macro estudio un total de
1.600 muestras de ADN ancestral, además de analizar el genoma vigente de más de
410.000 personas. El análisis de todos estos datos permitió demostrar que algunas variantes genéticas, como es el caso de HLA-DRB1*15:01, sean mucho más frecuente en personas que
residen en el norte de Europa, y que tienen una variante genética similar a los Yamnaya.
Uno de los principales hallazgos de este estudio es demostrar la gran diferencia que existe en la
prevalencia de la esclerosis múltiple entre el norte y el sur de Europa. Además, también se ha demostrado que esta
ascendencia genética es la que más
riesgo genético aporta a la esclerosis múltiple en la actualidad. Estas variantes fueron el resultado de una selección positiva que coincidió con un estilo de vida pastoril en la estepa póntica.
Además, los datos analizados a lo largo de una investigación muy exhaustiva destacan que, en el pasado, los
cambios ambientales impulsados por la innovación en el estilo de vida, como el paso del
nomadismo al sedentarismo, pueden ser el motivo de un aumento en el
riesgo genético de esclerosis múltiple.
La mezcla de poblaciones generó prevalencia de enfermedades
Los nuevos desafíos patogénicos asociados con la
agricultura, la
domesticación de animales, el
pastoreo y las mayores densidades de población son elementos que los autores no descartan que hayan podido generar un
estado inflamatorio sistémico asociado a la esclerosis múltiple en individuos que genéticamente ya estaban predispuestos. Así pues, los diferentes cambios en el estilo de vida han llegado a exponer
variantes genéticas favorables como riesgos de enfermedad autoinmune.
La principal conclusión extraída por
el estudio que busca el orígen de la esclerosis múltiple es que durante el
Neolítico y la
Edad de Bronce hubo un período en la historia de la humanidad en el que se
evolucionaron y se mezclaron poblaciones con muchas divergencias genéticas. Esta unión dicta en gran parte el riesgo genético y la prevalencia de varias enfermedades autoinmunes en la actualidad.
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